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Aznar comprende el "estupor" por la leve condena a los radicales que quemaron a cinco 'Ertzainas'

La sentencia contra Unai Erquis, de 24 años, Aitor García, de 20, y, Jon Ander González, también de 20, los tres radicales que en 1995 atacaron con cócteles molotov a la Ertzaintza en Rentería (Quipúzcoa) y causaron heridas a cinco agentes y dos mujeres, será recurrida por las acusaciones y las defensas. La Audiencia de San Sebastián los condenó a seis años de cárcel por cinco delitos de lesiones, uno de atentado, uno de incendio y otro de imprudencia grave. José María Aznar manifestó ayer que comprende "cierto estupor de los ciudadanos" por la levedad de las condenas.

Aznar dijo que ha pedido "información más detallada" sobre la sentencia, pero, en declaraciones a Onda Cero, añadió: "Si es como se cuenta, yo comprendería cierto estupor de los ciudadanos. Porque, si intentar quemar a unas personas en una jornada de lucha es atenuante, realmente pienso que tendremos que hacer entre todos una revisión rápida y urgente para cambiar la legislación y para que realmente haya cosas que se puedan aplicar con algo más de rigor, que es lo que merecen algunos terroristas o alevines de terroristas".El departamento de Interior del Gobierno vasco, aunque se mostró de acuerdo con algunos aspectos de la sentencia, expresó su discrepancia con la pena impuesta a los procesados, por lo que presentará recurso para que "las penas se ajusten a la gravedad de las agresiones sufridas por las víctimas", informa Aurora Intxausti. El consejero de Interior, Juan María Atutxa, considera que los máximos responsables de lo que ocurrió en Rentería son "quienes alientan la violencia callejera", y que "los inductores de estas prácticas delictivas jamás reciben reproche penal alguno".

El colectivo de la Ertzaintza Hemen Gaude ha tachado de "decepcionante" la sentencia. "Expresamos nuestra perplejidad por [la decisión del tribunal de] no considerar los hechos como un delito de intento de asesinato, alegando para ello que los antecedentes de hechos similares no habían causado sino daños materiales y no contra la vida", indicó Hemen Gaude.

Recurso de los defensores

Los abogados defensores de los tres condenados, que recurrirán ante el Supremo, consideran que la sentencia "no es mala y las penas son bastante más ajustadas a los hechos que se les imputan que a las peticiones realizadas por las acusaciones", indicó el letrado Aitor Ibero.El fiscal jefe de San Sebastián, Luis Navajas remitió la sentencia, que: calificó como "muy estudiada y razonada", al fiscal general del Estado, Carlos Granados, que ayer mismo decidió que se recurra el fallo, ya que la Fiscalía del Estado discrepa de los fundamentos jurídicos de la sentencia y considera que su contenido infringe preceptos del Código Penal.

El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Iñaki Anasagasti, comparó el tiempo que sufrirá la víctima más perjudicada por el atentado, Jon Ruiz Sagama, con el que pasarán en la cárcel los condenados, y dijo que "está fallando algo". En su opinión, se trata de algo "tremendo", ya que "una sentencia tiene que ser ejemplar, tiene que tener un grado de ejemplaridad suficiente para que no se repitan conductas antisociales".

Ramón Jáuregui, consejero de Justicia y secretario general del PSOE vasco, pidió respeto para el fallo porque el juicio ha sido "serio y riguroso y ha sido una sentencia pensada". Pero argumentó: "Si pensamos, y yo me inclino por esa teoría, que debe interpretarse que cuando se tira un cóctel molotov, con esa combinación química, se producen daños tan tremendos como los que se han producido, hay que considerar esto como un asesinato frustrado, pues defendámoslo ante el Supremo y ganémoslo".

El coordinador general de IU-EB, Javier Madrazo, dijo que comprende que la opinión pública piense que las pepas no se corresponden con unos hechos que son "una bestialidad total", pero justificó la decisión de los jueces si no tienen pruebas de que hubo ánimo de asesinato.

"Humillación de las víctimas"

La sección de Comisiones Obreras de la Ertzainza considera el fallo "humillante para las víctimas, provocador para quienes combaten la violencia callejera, preocupante para la ciudadanía y una buena noticia para el mundo violento". Para UGT "en otro lugar de España, sin presión social, el fallo hubiera sido distinto".En el extremo opuesto, HB calificó la sentencia de "arbitraria, injusta y producto de la presión política ejercida por la Consejería de Interior del Gobierno vasco y por la Ertzaintza".

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