Mucho más que un bocadillo
Una peña de Leganés vuelve a batir su récord de bocata más grande del mundo
La peña Bere Bere del barrio de La Fortuna de Leganés volverá a escribir su nombre en el libro Guinness junto, al récord de bocadillo más grande del mundo. Ayer consiguieron ha cer un descomunal bocata de tortilla, cuya superficie era de 27,96 metros cuadrados, según atestiguó la medición del perito industrial al Ayuntamiento. La barra pesó 1.377 kilos, a los que se añadieron otros 90 de las 300 tortillas con las que se rellenó. Hace dos años, esta misma peña consiguió el mismo récord con un bocadillo de chorizo de 10 metros de largo por un 1,20 de ancho. El de ayer tenía unas dimensiones de 17,05 de largo por 1,64 de ancho.Se necesitaron más de 16 horas para amasar y cocer la barra, estilo chapata, que necesitó 17 masas de 81 kilos. Se hizo en la panificadora del Guerrillero del Pan y para que cupiera en los hornos fue necesario derribar varios tabiques de ocho metros cuadrados. Colaboraron 40 jóvenes de la peña, que hicieron de albañiles y panaderos improvisados. Una vez horneado volvieron a levantar las paredes derribadas, todo ello en menos de 24 horas.
El pan se ha cocido en una sola pieza. Ayer por la mañana la barra fue trasladada hasta el parque de Butarque, donde se celebró la romería que puso fin a las fiestas de San Fortunato. Fueron necesarias más de 100 personas para transportar la bandeja desde el camión hasta el lugar destinado para la medición. Una vez en el parque, los Bere Bere partieron la barra por tramos con espadas y fueron introduciendo en su interior las tortillas, que bailaban dentro de la masa.
El pan estaba hecho de harina de trigo, harina de centeno, agua, levadura, sal y masa. Los Bere Bere manifestaban ayer que no han hecho este trabajo para estar en el Guinness, sino por "darles alegría y morbo a las fiestas de San Fortunato". Una vez relleno el bocadillo fue repartido entre los cientos de personas que asistieron a la romería a pesar de la tórrida temperatura. En su inmensa mayoría coincidieron en alabar lo bien que les salió el bocata a los de esta peña. El precio del bocadillo fue de 2.100.000 pesetas. El Ayuntamiento concedió una subvención de un millón de pesetas y la junta de distrito del barrio aportó medio centenar de tortillas.
A medida que la gente se llevaba los pedazos de bocadillo se recogieron también aportaciones voluntarias de 100 pesetas para una iniciativa de apadrinamiento colectivo de niños de 4 a 14 años en Perú en colaboración con la organización Intervida. Se colocaron dos cajas en las que se recolectaron varios miles de pesetas, que se sumaron a las 90.000 recaudadas a lo largo de las fiestas.
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