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TOUR 96

Nostalgia de un ciclismo pasado

Montoya encuentra la libertad en el Motorola, pero echa de menos otros tiempos

Carlos Arribas

"¿Pero qué haces aquí Jesús, si a tí nunca te ha gustado el Tour?", le vocea desde unos metros Cubino. "Si siempre había que traerte a rastras". "Pues esta vez te equivocas", le responde Montoya. "Ya en febrero pedí que me metieran en el equipo del Tour". "Bah, eso lo dices porque hay periodistas delante", concluye Cubino Pero no, Montoya, el veterano ciclista murciano que corre este año en el Motorola norteamericano, habla en serio. Este año ha preparado toda la temporada con sólo el Tour como objetivo.Quién se lo iba decir a él, al hombre al que sólo Rominger pudo apartarle de ganar una Vuelta, al ciclista que odiaba el Tour, su dureza y su calor, que a los 33 años iba a correr voluntario la carrera francesa. Todo ha sido por el cambio de equipo que, en su caso y este año, no ha sido simplemente estrenar un maillot diferente. "Ya podía haber dado antes con éstos", dice. "Los americanos viven el ciclismo de otra manera. Dejan a cada corredor con su responsabilidad, no están todo el día apretándote si no legan los resultados". Montoya aspira a dejarse ver y a intentar algo en una etapa de media montaña. A estar ahí, como se dice.

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Motorola rescató a Montoya para el ciclismo a finales de la pasada temporada, cuando el murciano ya pensaba en una retirada anticipada. Las restricciones económicas en el Banesto le dejaron en la calle, y su cachet era demasiado alto como para que otro equipo español le pudiera fichar. En el equipo americano, además, Montoya ejerce de instructor para los jóvenes. A su lado tiene día y noche al joven -23 años- gigante -más de 1,90- George Hincapié, un aprendiz de sprinter que ha llegado al Tour para ver cómo son las peleas con Cipollini de cara a Atlanta. "Si quieres tirarlo", le dice en broma Montoya, "tienes que estar siempre detrás de él, para que no pueda verte cuando le empujas".

Esta tarea, sin embargo, no apaga la mirada nostálgica que Montoya lanza sobre el ciclismo actual. "Ya quedamos pocos auténticos", lamenta, "somos contados los de más de 30 años, la gente con la que puedes pasártelo bien en el pelotón. Ahora los jóvenes son más serios e individualistas. Sólo buscan resultados. Son un chollo para los directores, que les pueden apretar las tuercas cuanto quieran. Son víctimas de la competitividad y no se hacen amigos de nadie que no sean ellos mismos. Una lástima".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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