Truchas y parapsicología
Uri Geller, superdotado psíquico o charlatán de feria, según el gusto de cada uno, ha sido contratado para infundir moral, por la vía parapsicológica a los jugadores de la selección inglesa que hoy se enfrenta a la española en Londres. Geller, un asiduo de los programas de variedades de la televisión británica, posee, al parecer y entre otras excepcionales dotes, la capacidad de doblar cucharas.A simple vista, no se ve que utilidad pueden tener la cucharas en forma de U a la hora de planificar un partido de fútbol, pero Geller confía, en que si los ciudadanos ingleses son capaces de concentrar sus mentes al mismo tiempo y a la misma hora en su equipo nacional, quizás puedan lograr con el destino lo mismo que él con las cucharas, es decir doblegarlo y obligarlo a ajustarse a sus deseos.
Antes de concentrar sus mentes en la victoria, no estaría mal que los seguidores del equipo que entrena Terry Venables, desplegaran los poderes de Geller en una tarea menor, pero crucial. La de controlar a los fotógrafos de la prensa amarilla, que anteponiendo negocio a patriotismo han estado a punto de lesionar a la máxima estrella de Inglaterra, Paul Gascoigne. Tras semanas de persecución y acoso, un fotógrafo del Daily Mirror, el tabloide más querido en España, logró localizar el jueves el lugar secreto donde Gascoige calma sus nervios a costa de las truchas, una piscifactoría próxima al hotel donde está concentrado el equipo inglés. Allí estaba el bueno de Gazza, caña en mano y allí lo retrató repetidas veces el fotógrafo quien no pudo impedir, sin embargo, ser descubierto.
Así es que reportero y estrella del fútbol se enzarzaron en una discusión verbal, que terminó cuando el fotógrafo, al volante de su coche, arrancó precipitadamente cuando el pobre Gazza tenía medio cuerpo dentro del vehículo en un intento algo brusco de recuperar el carrete de fotos. Cuentan las crónicas que las ruedas del coche pasaron a un milímetro del dedo gordo del pie izquierdo del golelador inglés. Ya puede practicar Uri Geller con la cubertería porque las fuerzas paranormales aun no han dicho la última palabra.
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