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Entrevista:

"El caos de Madrid es sano... y divertido"

Al frente de Tam Tam Go!, el extremeño Nacho Campillo, de 36 años, recién cumplidos, saboreó durante mucho tiempo las mieles del éxito. Cantados en inglés, sus dos primeros discos constituyeron un verdadero hito. Luego, ya en español, la historia funcionó aún mejor y Tam Tam Go! se convirtió en banda imprescindible del nuevo pop español. Pero después de cuatro discos, unas giras de notable éxito y un puñado de canciones (Manuel-Raquel, Voy cruzando el río, Vida y color, Piel sobre piel o Lucía de los cartones) en la memoria de muchos españolitos, Nacho Campillo empezó a pensar que podía estar aburguesándose y decidió emprender carreras en solitario. Y así se ha atrevido a publicar un disco homónimo y personal, donde explica todos sus mundos posibles y se reúne en un par de canciones con el guitarrista sevillano Raimundo Amador y la cantante israelí Noa.Pregunta. ¿Hay diferencia entre ser de un grupo e ir de solista?

Respuesta. A la hora de crear, te sientes más libre. El grupo funcionaba en democracia y había que hacer concesiones para contentar a todos. Solo, eres tú al cien por cien. Es más cómodo, pero también asumes más responsabilidades al ser uno mismo el único culpable de los errores.

P. ¿Quiere decir que fracaso compartido sabe menos a fracaso?

R. En cierto modo sí. Pero supongo que con el éxito pasará lo mismo, aunque en solitario aún no lo he vivido. Sin embargo, no estoy impaciente: Nacho Campillo es un artista nuevo al que no conoce ni su madre, y he de ir poco a poco.

P. ¿Se le puede confundir ahora con un cantautor?

R. Soy un músico, simplemente. Me gusta tocar y componer, versátil y sin etiquetas. Soy un solista pero llevo concepto de grupo. Los mismos músicos que han tocado en el disco son los queme acompañan en la gira.

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P. Grabó con Noa en Jerusalén en los días de los atentados de Hamas contra los autobuses...

R. Fue una experiencia alucinante. Allí están demasiado acostumbrados a convivir con la violencia. Jerusalén es una maravilla pero también un caos. La mezcla de religiones y culturas le hace tremendamente surrealista. Pero aunque la gente de a pie es más maja que lo que vemos por la tele, lo cierto es que del cruce de religiones e intereses saltan chispas constantemente.

P. Es decir, que usted grabó más relajado el resto del disco en Madrid.

R. Bueno, Madrid también es un caos. Más sano y divertido, pero un caos. Llevo media vida aquí y ya no podría vivir sin el desorden de sus tascas y las cañitas, el sentido del barrio, los personajes y situaciones que inspiran la mayoría de mis canciones.

Nacho Campillo actúa hoy en Joy Eslava (Arenal, 3. Metros Ópera y Sol). 21.30 horas. Invitaciones en el 563 52 00.

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