Siempre los 60
La prensa inglesa minimiza la decepción por el empate ante Suiza
El jurado delibera, aunque el juego de la selección inglesa invita a los peores comentarios. La prensa cuidó sus palabras para definir el partido del equipo de Venables. No hay grandes adjetivos, nadie tirotea al entrenador, todo el mundo espera e incluso Patrick Barclay y Clive White (Daily Telegraph) se preocupan en recordar que hace 30 años, también en Wembley, Inglaterra, inauguró el Mundial con un aburrido cero a cero frente a Uruguay.Como siempre, el Mundial del 66 es la referencia obsesiva a todo lo que sucede en el fútbol inglés. Es un país decididamente nostálgico. La imagen de Bobby Moore sobre los hombros de Ray Wilson y Geoff Hurts, Copa del Mundo en la mano, invade las portadas de los libros, las primeras paginas de los periódicos y el consciente de los aficionados. Aquella victoria ha detenido el tiempo: se vive en el pasado, en los swinging sixties, en la minifalda de Mary Quant, en la ebullición del pop, en los Beatles y los Stones. Pero todo eso sucedió hace treinta años, y los intentos por revivir aquel ambiente resultan patéticos, incluida la comparación del grupo Oasis (fanáticos del Manchester City, por cierto) con las viejas bandas de los sesenta, con el viejo ambiente de los sesenta, con los viejos ideales de los sesenta, con la vieja efervescencia de los sesenta, con los viejos sesenta...
Ahí se ha quedado la fotografía en sepia del fútbol inglés. Y como todo producto oxidado, su contenido resulta repelente. Tony Adams, un central de corte muy antiguo, se negaba a aceptar la decadencia de un estilo, pero a la vez deslizaba los complejos que afectan a sus futbolistas. "No nos concedemos suficiente crédito, pero tenemos una buena cantidad de gente con talento". Ah, el talento. Así lo ve Adams, el líder del equipo: "Jugamos con más decisión que nadie, tenemos una gran habilidad en el juego aéreo, somos fuertes, vamos al tackle como ninguno y hemos puesto un poco de inteligencia a nuestro juego". Es un punto de vista frustrante: nada que ver con el verdadero talento.
Porque además, en aquella selección del 66, había altura futbolística, gente que estaba entre los mejores del mundo, grandes individualidades. Desde entonces, la selección inglesa ha caricaturizado lo peor de un estilo y ahora se encuentra metida en una grave crisis de identidad. Y algunos los saben.
Frente a Suiza hubo demasiados elementos negativos. Incluso Clemente, abanderado infalible del fútbol inglés, confesó su decepción. Lo hizo con el tono más ligero posible: "Me ha extrañado que les haya faltado ritmo, empuje". En realidad, les faltó juego y soluciones, aunque el jurado inglés delibera y prefiere referirse al controvertido penalti que señaló Díaz Vega y que permitió el empate suizo. "Inglaterra paga un penalti dudoso", señala el Sunday Times. "Shearer acaba su sequía, pero Inglaterra no la capitaliza", dice el Daily Telegraph. Y así todos. Pero el problema de Inglaterra parece que va más allá de un resultado. El problema es que los tiempos han cambiado y estamos en los noventa.
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