"He conocido la ciudad de Madrid desde la marginalidad"

El de Canillas fue en Madrid su barrio de recién llegado, un 21 de septiembre de 1976. Ángel Cappa, argentino, filósofo, psicopedagogo, entrenador de fútbol y coqueto hasta olvidar que tiene 47 años, cambió de hemisferio buscando un lugar en el mundo. Recuerda que Madrid le recibió bajita, de color ladrillo y con mucho espacio verde. Que su quiosquero de confianza era rojiblanco y el Bernabéu el fondo de su primera cita con la madrileña que le llevó al altar. Diecinueve años después, el lugar ha sido su campo de juego y de trabajo, pero antes, sobrevivió de oficios tan surreales como el de escribir sin firma disparatados textos para editoriales de escasa monta. Tras el adelanto forzoso de vacaciones en el Real Madrid, Ángel Cappa ha publicado un libro, La intimidad del fútbol, es comentarista deportivo en Telemadrid y acaba de dirigir los ehcuentros Arte y fútbol en la sala de teatro Ensayo 100.Pregunta. ¿Rencor hacia el Real Madrid?

Respuesta. ¿Por qué? Todo lo contrario, con el Madrid he vivido la gloria de ganar una liga. Dejarles antes del fin de temporada es algo que ocurre en muchos clubes.

P. El fútbol ¿es de verdad un arte?

R. Exactamente no, pero tiene mucha relación. Para la gente de barrio como yo, es una forma de acercarse a la belleza. Y, como el arte, tiene esos momentos mágicos e irrepetibles.

P. ¿Recuerda uno con el Real Madrid?

R. Cuando ganamos al Barcelona por 5 a 0 en el Bernabéu. Te aseguro que el tiempo se detuvo.

P. ¿Existe un lobby argentino en Madrid?

R. No, no lo creo. Más bien un lobby español en Argentina. Ja, ja, ja. Allá vive más de un millón de españoles, y aquí no somos ni 50.000. Sí, ya sé que aquel país es enorme, pero en definitiva hemos hecho el mismo viaje que nuestros bisabuelos, pero a la inversa. Mi abuela era navarra, sus biznietos madrileños. Yo, aquí, he cerrado el círculo.

P. Cuando pasea, ¿le agobia ser popular?

R. En absoluto. Yo voy muy tranquilo por la calle, no soy demasiado famoso. Suelo tomar el metro, el autobús, acómpaño a mi mujer al mercado y paseamos mucho por el Retiro, es mi lugar favorito de Madrid. Después de 20 anos aqui, tengo mucho más que ver con un madrileño que con un catamarqueño. Conozco mejor Madrid que Buenos Aires.

P. Llegó en el 76, un momento muy especial.

R. Ya lo creo . Nada más llegar sucedieron los terribles asesinatos de Atocha. Yo venía huyendo precisamente de la dictadura, y llegué a pensar que tenía que marcharme también de aquí. He conocido Madrid desde la marginalidad del paro durante muchos años.