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Entrevista:FÚTBOL

"Los jugadores tienen menos técnica que hace 20 años"

Valdano. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Tienes el reflejo condicionado? ¿Es cómo cuando dejaste de fumar, que buscabas el cigarrillo?Cruyff. No. Por el momento, tranquilidad. Además llega el verano.

V. Pero tu intención, ¿cuál es?

C. Durante un año, nada. Después ya veremos. Depende de lo que haya y de la ocasión, porque tengo más años que tú.

V. Pero se supone que tendrás cosas muy importantes; que va a llegar un momento en el que los tres o cuatro mejores equipos del mundo van a pensar en tí.

C. Sí, pero yo creo todo esto se tiene que hacer cuando tienes ganas. No puedo decir: 'voy a hacer esto o lo otro'. No. El tiempo dirá lo que se hará. Normalmente, esperaré hasta que me aburra y luego ya veremos. En esto del fútbol, elegir un equipo es muy difícil. Es lo más difícil.

V. Elegir un equipo y una institución detrás. Encontrar una persona con un cierto sentido empresarial, que sea capaz de asegurarte un mínimo de paciencia.

C. Una base. Pero depende una vez más de qué filosofía tiene ese club, porque no se puede ser pequeño para querer convertirse en el más grande. Siempre hay un balance. Un club grande tiene que estar arriba siempre, Un club pequeño es difícil que lo consiga. Puede estar un día, dos días. Pero si su estructura no está preparada para ser grande...

V. El otro día, un entrenador elogiaba el método Camacho, de dejar un equipo cuando había alcanzado un cierto prestigio y de empezar a ocuparse de otro que está en graves dificultades. De manera que en la primera temporada, por poco que hagas, se da una idea de reactivación.

C. Por eso digo que cada uno tiene sus metas, su visión del fútbol. Hay quien sirve para llevar a equipos de Segunda a Primera. Seguro que yo fracasaría, porque no sirvo. Otros, como Camacho, dejan a los equipos en un sitio, cogen otro equipo y lo envían al mismo sitio que el anterior. Y algunos sirven para estar arriba. Por una cuestión de carácter.

V. Y ése es tu caso, ¿no?

C. Creo que cada cosa va con el carácter de cada uno. Pasa como con los jugadores. Por ejemplo, soy delantero y algún partido puedo jugar como defensa, porque hay algún lesionado y hay que remediarlo. Pero de ninguna manera soy defensor.

V. Yo te vi jugar de defensor, contra el Alavés. Llovía mucho y dijiste: "Voy a jugar de líbero". Pero no te lo dijo el entrenador. Lo dijiste tú.

C. Bueno, pudo ser. [Risas]

V. Tuviste suerte porque el entrenador no era Cruyff.

C. Esto quiero decir que la calidad que tienes se puede adaptar un poco para otras cosas, pero la mentalidad, la manera de ser siempre será la misma. Y esto también se refleja en la conducta como entrenador. Hay que fiarse del instinto.

V. De todas las maneras, todas las decisiones que has tomado como entrenador estaban relacionadas en un sentido con los sentimientos y en otro con lo político. En el Ajax y en el Barcelona, tienes ante el público y ante la historia del club una autoridad muy grande. Ahora mismo, ha terminado por pesar más la parte sentimental y la parte política que la parte estrictamente técnica.

C. Es el mayor problema en las grandes instituciones. Como dices muy bien, hay tantas fácetas que manejar y hay que conocerlas todas. Por eso, hay que buscar dos o tres personas a tu lado para manejar una parte y, a partir de ahí, puedes comenzar a controlar el trabajo. Ganar, no ganas nunca. Pero al menos, puedes trabajar. Luego te encuentras que todo el mundo habla de muchas cosas, pero el 99% no sabe por qué algo funciona o no funciona, y cuando lo explicas tampoco lo entienden. Son gente que nunca ha vivido el vestuario. A partir de ahí, hay que manejar un gallinero. Hay mucha gente dentro, mucha publicidad, mucho dinero, mucho prestigio. Y controlar esto es lo más difícil. Ahí es donde se tiene que ser hábil. Si no dominas la mesa...

V. Para manejar la mesa, es fundamental que la autoridad del entrenador esté muy fortalecida por el club. El jugador percibe si tú eres o no eres fuerte. Tu caso es distinto porque tu dimensión en Barcelona era la de un símbolo. La mía era más profesional. Tenía menos elementos mitológicos. Llegó un momento, en el que planteé al club los dos únicos caminos posibles: o fortalecen mi autoridad, me renuevan y empezamos a hablar de un proyecto, o me echan. De lo contrario, no hay salida. El jugador es el primero en descubrir cuál es la posición del entrenador.

C. Sí, pero para que se normalice la situación, hay que tener una visión profesional. Los que tienen bastante ventaja con respecto a nosotros son los ingleses. Hay sociedades, hay clubes, pero hay uno que manda. Es el manager. Nadie. va a hablar de él. Sólo cuando lo pongan o cuando lo echen. Otro ejemplo: si miras el partido Ajax-Juventus, te das cuenta que en el momento de la victoria hay un hombre que también salta. Es Roberto Bettega. ¿Quién es Bettega? Es el hombre que maneja la Juventus, un profesional, pagado, que maneja el club.

V. Y que tiene conocimientos previos...

C. Y el dueño ni aparece. No se moja. Aquí los presidentes llevan su cargo como una cosa personal. No es personal. No debe ser así, porque no tiene suficientes conocimientos sobre el producto.

V. Hay otros dos problemas: el de la imprevisibilidad de la empresa. Puedes hacer todo muy bien y el domingo irte todo muy mal. Eso genera una fuerte desestabilización. Y luego, la gran vanidad que propone este ambiente. Hay directivos que, por salir en una foto son capaces de tirarse de un quinto piso.

C. Es un mundo muy confuso. Esto que dices tú, mucha gente lo interpreta como un desprestigio de los directivos. No. Lo que hay que decir es cada uno tiene su tarea en el club. Y la tarea de los directivos no es la que hacen aquí. No se pueden meter donde no les llaman. -Hoy en día los clubes son tan grandes que parece imposible que no lo lleven los profesionales.

V. El problema que distancia al fútbol español del italiano o el inglés es que una sola persona quiere abarcar mucho. Para mi gusto tiene que haber departamentos. Departamentos gerenciales, departamentos futbolísticos, un señor, que es el presidente, que aglutina información y que tiene, que trazar la política del club. Esa es la parte que todavía está confusa. Es cierto, se habla de cantera y se tiene cuatro o cinco entrenadores, pero no hay un proceso de selección que abarque grandes zonas del país. No hay instalaciones adecuadas para que los chicos puedan crecer en un ámbito acogedor, ni siquiera los entrenadores cobran un sueldo digno como para dedicarse exclusivamente a ese trabajo. Todo eso hace que la formación de un futbolista sea muy silvestre, incluso en clubes que tienen un gran prestigio, donde el funcionamiento es casi barrial.

C. Casi no existe. Si hablas del fútbol base, no hablas de dinero. En un club grande, como. el Barcelona o Real Madrid, el entrenador de un equipo de fútbol base, ¿qué es?, ¿entrenador o ensenador? Si es entrenador, quizá algún día quiera ascender como entrenador. Esto quiere decir que ya vive de los resultados. Y él no tiene que vivir de eso: tiene que exigir el resultado como enseñanza. Y lo que está pasando se ve enseguida: la calidad técnica ha disminuido en los últimos veinte años. Por eso estoy totalmente en contra de que los entrenadores del fútbol base necesiten papeles para ejercer su trabajo. ¿Quién tiene que entrenar? El chico del pueblo de al lado que ha jugado toda su vida al fútbol y ahora quiere enseñar a los chicos. No uno que ha estudiado, porque este señor invierte su tiempo en subir la escalera. ¿Y cómo se sube la escalera? Ganando. Si tú eres directivo, no ficharas como entrenador a uno que ha dejado a su equipo juvenil en cuarta posición. Pero a mis ojos, quizá es el mejor entrenador que hay.

V. Hay otro problema más grande. A medida que me armo de una experiencia, me encuentro que la organización no es tan complicada. En un equipo mediano no son más de cinco personas, cada una de ellas gobernando un área, que a su vez cuenta con tres o cuatro personas. Con eso se pone en funcionamiento un club. De lo contrario, el club se aboca a la confusión.

C. No quiero desviar culpabilidades. ¿Quién es culpable? Lo veremos al final. Antes tienen que hacer lo que deben: respaldar, ayudar, comprar si saben.

V. Un club que trabaja coordinadamente, ficha. Aquí da la impresión de que Lorenzo Sanz hizo una apuesta por Mijatovic y que el jugador ya le pertenece a Lorenzo Sanz. Y si fracasa Mijatovic es un poco un fracaso de Lorenzo Sanz. Así se encadena todo, también por la intención del periodismo de individualizar los problemas, porque si ponen cara y nombres a lo que sucede parece que venden mejor. Lo lógico sería: el Madrid fichó a Mijatovic, el Madrid echó a quien fuera. Pero no. Lo hacen al revés. Cuando hay que echar a alguien, dicen: a tí el que no te quiere es el mister. De todas formas has dicho algo importante: me gustó el mensaje que enviaste anoche [en la entrega de premios del diario Marca]. Hablaste de los jugadores como el eje del fútbol. Es decir, los entrenadores, dentro de esta gran fiesta, somos personajes importantes, pero secundarios...

C. Servimos de ayuda.

V. Y ahora me estás diciendo que el futbolista es cada día peor en el terreno técnico. Atando los dos comentarios, me da la impresión de que el entrenador, al aumentar su poder dentro del fútbol, está empujando al futbolista a no pensar. Al jugador le están robando...

C. La iniciativa, la atención. Veamos: antes también se marcaban goles de faltas y de córner. No es nada nuevo. Pero ahora todo eso de la estrategia es lo primero. A mí me sorprende. Quiero decir que si la barrera esta así o de otra manera, se ejecuta de tal o cual modo. Y los que tienen más calidad, la meten dentro. Tu crees que Maradona ha metido tantos goles de falta porque ha estudiado estrategia. No, tiene la calidad. Y se acabó. El otro, en el España-Escocia sub 21, hubo tres goles: dos de falta y uno de córner. Y no hubo ninguna ocasión más. Yo estoy acostumbrado a que la gente falle oportunidades, pero hemos llegado a un punto en el que no se crean.

V. Pero la prensa siempre está muy deslumbrada por el campeón y el campeón ha marcado la mitad de sus goles con balones detenidos. La moda nos aboca a eso.

C. Pero eso provoca un fútbol más triste. Si prefieres dejarte caer para tirar una falta antes que driblar a uno y crear algo, entonces algo no va bien. Hoy en día, es un pelotazo adelante, el delantero cubre el balón, no para cubrirlo, sino para que le empujen, para que le hagan falta. Esto no es lo mío. Yo no puedo pasarme dos entrenamientos a la semana para hacer estrategia. Tres entrenamientos haciendo fútbol, sí. Lo otro, no.

V. Se trata en muchos. casos de simplificar al máximo, de poner la pelota lo antes posible lo más cerca posible del área, si nos hacen una falta mucho mejor. Y si nos la roban, están lejos de nuestra portería. Ahí se termina el curso de entrenadores.

C. Pero te digo que no, que no es lo mío. Es algo preocupante, pero también hay esperanzas. Lo digo por los ingleses, cualquiera que sea la opinión que se tenga de su fútbol. Pero en el último año están jugando bien al fútbol.

V. Es cierto. Hay equipos como el Liverpool...

C. Que empiezan otra vez donde nosotros lo dejamos. Ellos ahora la tocan. No voy a decir que hacen el fútbol que más gusta, pero juegan bastante bien. Mira, el que marca la línea es el público. Sin saberlo, el público es el que dirige las tendencias. Por eso se producen los altibajos. Cuando se produce una época de mal fútbol, no van. Les gusta ganar, pero quieren que se juegue bien. Y cuando esto ocurre, vuelven al campo.

V. Porque esa es otra historia. Resulta que tú has conseguido la mayor cantidad de títulos en la historia del Barcelona. Esos son números, no se discuten. No es opinable. Nadie ha ganado más que tú. Y, sin embargo, se te sigue acusado de romántico. Eso es terrible. Nos han robado la palabra eficacia. Lillo lleva al Salamanca de Segunda B a Primera. Le echan. "¿Has visto?", dicen. A mí me tocó salir campeón con el Madrid en la primera temporada. Me echan. "¿Has visto? No se puede jugar bien". Es una cosa tremenda. Porque por cada uno que echan de esta escuela, echan catorce de la otra. Pero los otros parecen que no pierden nunca, como que ganan también cuando les echan.

C. ¿Qué es lo máximo a lo que puedo aspirar como entrenador? A que este futbolista ejecute perfectamente la jugada. Sobre todo dentro del área, que es donde nace el gran jugador, porque allí hay que jugar, hay que juntar, hay que meterla dentro. Y estoy hablando de eficacia.

V. Estamos hablando de hacer útiles las condiciones técnicas.

C. El ejemplo más claro es Laudrup. Laudrup quizás ha sido el mejor jugador que ha habido en España. A mi juicio, sabía todo: ejecutaba, pasaba y marcaba la diferencia en esos veinte metros, pero cuando se fue acomodando, se puso lejos del área. Ahí no sirve. Ahí no me hace falta. Exagerando, allí puedo jugar yo, porque tocarla todavía puedo. Lo que no puedo es decidir en los veinte metros finales. -Contigo, Laudrup también decidía en los primeros tiempos. En el segundo año, ¿dónde jugaba?

V. Más atras.

C. Yo soy el primero en sentir admiración por Laudrup. ¿Que alguien te dice que puede hacer las cosas en tal sitio? Muy bien, pero a mi no me pueden engañar porque no deciden. No ganas sólo por jugar bonito. Ganas cuando añades la eficacia. En la época de Romario: a mí me daba igual lo que hiciera, pero metía 30 goles.

V. El tema de que salgan peores jugadores, que se vea peor fútbol, ¿con qué tiene que ver? ¿con la formación o con las nuevas ideas que hacen que el futbolista no pueda responder a los problemas de una forma instintiva, porque salen al campo a cumplir misiones?

C. Tiene que ver en buena parte con la enseñanza y con el conocimiento de los entrenadores. Hay cosas que se enseñan y se aprenden pronto. Si yo tengo un extremo derecho que es un buen pelotero, pero no quiere participar para nada en el trabajo defensivo, participar en el equipo, juntar las líneas, hacer su trabajo, entonces no juega. Todo el mundo tiene que trabajar. Si este jugador aprende y se le enseña sus deberes, el problema para el futuro está liquidado. Pero muchas veces te encuentras con gente que te dice: 'Es que el chico no sabe'. Pues cuando no sabes, hay que aprender."¿Y si perdemos el partido?" Mala suerte. A mí me interesa mucho más que este extremo derecha aprenda sus deberes defensivos que a ganar el partido del domingo.

V. Estás hablando de algo muy importante. De que los jugadores encuentren su lugar. Pero hablando de estas cosas, de la belleza, del estilo, el Barcelona ha tenido más problemas en estos dos últimos años para tener la pelota.

C. Se deshacía un poco. En los equipos anteriores había mucha calidad, pero calidad en un sentido que mucha gente no entiende. Por ejemplo, Alexanco. '¿Por qué tienes a un jugador de 38 años?' Porque sabía interpretar el juego y las posiciones. Siempre llevaba la línea defensiva hacia adelante, salía con la pelota y juntaba las líneas. Koeman también lo hizo. Porque cuando aprietan los defensores hacia afuera, se reduce el campo. Es una calidad difícil de encontrar.

V. ¿Te animarías a decir cuál fue el mejor Barcelona tuyo?

C. Cada momento ha tenido su encanto.

V. ¿Y el que te hacía sentir más tranquilo y satisfecho?

C. El del 92 o el de la primera Liga. Porque había un poder enorme. El año que teníamos una desventaja de 20 goles en el goal average. Fuimos a Valladolid. 'Eh, eh, hay que salir al campo y hay que cogerlos'. Salimos al campo y les metimos seis. Había que hacerlo y lo hicimos. Había un poder dentro del campo, que aparte de la calidad, nos hacía sentimos seguros. Era increíble.

V. Más que en la Liga de Romario.

C. Sí, porque en la época de Romario eran unos jugadores más trabajadores y uno que terminaba. Porque en el 92, en aquel partido de los seis goles en Valladolid creo que cinco jugadores marcaron.

V. ¿No puede provocar una regresión victorias como la de la Juventus?

C. Puede que sí, aunque como he dicho antes me gusta la progresión de los equipos ingleses. También me gustaron los comentarios de los futbolistas holandeses después de perder con la Juventus. Todo el mundo estaba desilusionado y ellos dijeron: 'hemos jugado mal. Si nosotros jugamos bien ganamos el partido'. Es decir, ahí está la mentalidad: si se juega bien, se gana. Me gustó porque se sienten responsables de lo que hacen.

V. ¿Qué opinas de la Liga?

C. Ha sido bastante mala. Se han producido cosas preocupantes. Me refiero, por decir un caso, a la adaptación a los nuevos reglamentos. Y volvemos a Inglaterra: allí el reglamento está sirviendo al juego. Aquí no. No he visto ningún partido en Inglaterra en el que un jugador se haya dejado caer. Si era falta, era falta. En España, es un problema muy grave, porque no se controla esto, el teatro, el engaño. Hay que potenciar el fútbol y la honestidad. Si uno no me empuja, no me dejo caer.

V. Otra impresión es que el Madrid y el Barça se han metido en una vía de urgencia...

C. Lo que el Madrid ha hecho bien es cerrar una época. Pero hay un problema. ¿Cómo se pueden fichar tres jugadores sin tener entrenador? Quiero decir: está bien, pero está mal hecho. Las decisiones que han tomado se pueden entender, aunque también hay cosas que salen perdiendo. Se han cargado al fútbol base con estas decisiones. Por ahí se empiezan a producir fricciones, a perder equilibrio en el club. Una vez más, antes de empezar han creado un problema.

V. ¿Tienes esperanzas en la Eurocopa?

C. La ilusión la tengo en tres equipos. Portugal, porque tienen muchos jóvenes y hay ver como se han desarrollado. Holanda. Y la gran incógnita, y probablemente el mejor país futbolístico: Croacia.

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