Netanyabu tiene el poder en Israel a tiro de un puñado de votos

Benjamín Netanyahu, el líder de la coalición derechista Likud, tenía ayer el poder en Israel a tiro de un puñado de votos, a sacar de entre los 150.000 sufragios pendientes de recuento de los desplazados, gran parte de ellos soldados que, en teoría, le son mayoritariamente favorables. Sólo una gran sorpresa en el recuento de los últimos votos podría evitar que el laborista Simón Peres, considerado internacionalmente como el gran defensor del proceso de paz con los árabes, viese consumada una derrota que remataría una carrera política de 40 años.El resultado casi definitivo se conocerá probablemente hoy, pero Estados Unidos, Europa y los árabes, empezando por los palestinos, se hacían ya ayer a la idea de la victoria de Netanyahu, un halcón que se niega a la existencia de un Estado independiente en Cisjordania y Gaza, a devolver el Golán a Siria y a retirarse de Líbano.

En este último país, la guerrilla proiraní de Hezbolá emitió ayer su particular voto con un ataque, mediante dos bombas activadas a distancia, contra una patrulla israelí. Murieron cuatro soldados. Era una venganza, aseguró Hezbolá, por la Operación Uvas de la Ira, que el mes pasado se cobró unas 200 vidas de libaneses, incluyendo 100, casi todos civiles, en el bombardeo de un cuartel de la ONU en Qana.

El entorno del líder derechista lanza ya un mensaje de tranquilidad. Un estrecho colaborador dijo que Netanyahu continuará con el proceso de paz. La viuda de Isaac Rabin, Leah, sentía la tentación de hacer las maletas y dejar el país porque, dijo, el apoyo al Likud era un premio al asesino de su marido.

Bill Clinton declaró que, gane quien gane, EE UU respaldará "al pueblo de Israel, a la democracia y al proceso de paz", que, según Abel Matutes, ministro español de Exteriores, es "imparable".

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