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Gil no saca adelante una moción de censura a Baró

El nuevo pulso de algunos clubes de Primera División por derrocar al presidente de la Liga, Antonio Baró, acabó ayer en su ratificación hasta la expiración de su mandato, el próximo abril. Jesús Gil, el dueño del Atlético, se descubrió ayer como cabecilla de la refriega en una reunión de clubes, pero al final se quedó solo.Gil se explayó tras la reunión. "Creí que lo que se iba a ventilar era: Matamos a Baró o le damos vida. He dicho que vine a traer una moción de censura preparada. Sólo faltaban las firmas. Como no las he encontrado, se acabó. No vuelvo a hablar más del asunto. Han quedado [los presidentes] en reunirse el viernes para planificar la Liga que queremos. Hacemos lo que Napoleón, crear muchas comisiones para diluir los asuntos y luego... metemos caballos de madera".

El dueño del Atlético tampoco olvidó su sorna: "Estamos en el buen camino. Esto es muy bonito, damos una lección de gente madura, pero somos niños aún con chupete".

"¿Por qué quería matar a Baró? Yo no quiero matar a nadie", insistió Gil. "Lo que pasa es que Baró no puede seguir bajo sospecha ni un minuto más. Le he dicho a Baró que si fuese él me iba ahora mismo porque nadie me podía cuestionar más tiempo: matamos a Baró; no le matamos... Otros querían matar a Jesús Samper [secretario general de la Liga]. Es una vergüenza... Por lo tanto, una reunión muy educativa, muy formadora, como casi todas. Asi que... ¡Viva Cartagena y Baró!".

Ese fue el desahogo de Jesús Gil al comprobar su fracaso. Lorenzo Sanz, pidió que se votase si se cuestionaba a Baró y Javier Pérez, presidente del Tenerife, su hipotética sucesión. Pero nadie se puso de acuerdo.

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