La coalición nacionalista trata de neutralizar su imagen de división interna
Las direcciones de los dos partidos coligados en CiU, Convergència (CDC) y Unió (UDC), tratarán de poner fin a la imagen de división interna de la coalición, abonada a lo largo de la semana pasada por dirigentes de ambos partidos. La cúpula de CiU acordó ayer reforzar la imagen de cohesión, tanto en el exterior como en el interior de la coalición.El líder de Unió, Josep Antoni Duran, se encargó de poner el asunto sobre la mesa de la reunión. Duran admitió el derecho de sus socios convergentes a debatir en su próximo congreso la relación que mantienen los dos socios de la coalición y apuntó que Unió puede hacer lo propio en el suyo. Pero subrayó la necesidad de fortalecer la cohesión interna en previsión de las eventuales dificultades a las que deberá hacer frente CiU como consecuencia de su recién estrenada alianza con el PP.
El máximo dirigente de la coalición y de CDC, Jordi Pujol, así como el secretario general convergente, Pere Esteve, también abogaron por evitar que se reproduzcan episodios como el de "la mala semana pasada", tal como uno de los asistentes calificó el reciente cruce de declaraciones entre dirigentes de CDC y de Unió.
Uno de los miembros convergentes del comité de enlace de CiU aseguró que la cohesión interna no corre peligro porque Pujol no contempla de ningún modo una ruptura con sus socios. Según esta fuente, que pidió el anonimato, entre los desencadenantes de la crisis puede figurar el hecho de que Esteve, cuya autoridad es discutida por un sector de CDC, ensaya la crítica a Unió para concitar apoyos internos en su propio partido.
