De profesión, castizos
Paseo por la romería del Santo con los más chulos
Son de profesión castizos. Madrid les tiene entretenidos todo el año: los lunes o los domingos, tertulia castiza, coleccionan mantones de Manila, dan clases de chotis y no se pierden una fiesta. Y ayer era el día más importante de todo el año para los miembros de la Asociación de Castizos Alma de Madrid. A las 10.30 estaban concentrados en el número 2 de la calle del General Ricardos. Su cita siempre es en ese punto el día de San Isidro: para enfilar la avenida del Quince de Mayo y llegar a la romería que se celebra en la pradera de San Isidro.Las mujeres han madrugado porque había que peinar los flecos del mantón de Manila. Ellos se han colocado el salfo (pañuelo) anudado al cuello, el chupí (chaleco) de cuadros, lima (camisa) blanca, alares (pantalones) negros y, cómo no, parpusa (gorra) en la cabeza. Modesta, la mujer de Serafín Reboul, que es el presidente de la asociación, explica los cánones del casticismo, pero con acento muy marcado. Al estilo más chulapo: "Para ser castizo, lo primero que hay es que sentir Madrid. Porte y percha para llevar los trajes. Simpatía y garbo. Y expresión de la húmeda (lengua)". Dicho lo cual, enhebra el brazo del castizo (o sea, que agarra a su marido) y la comitiva se pone en marcha.
PASA A LA PÁGINA 6
Juerguistas a plena luz
VIENE DE LA PÁGINA 1Han pasado quince minutos desde que empezaron a andar y los miembros de la Asociación de Castizos Alma de Madrid ya se han marcado el primer chotis con la excusa de esperar a una pareja de rezagados. El ambiente lo pone el humo que sale de las churrerías, la música de cada puesto. "Mira un mantón alfombrado. Puede llegar a pesar 15 kilos", señala Modesta. A su lado, una de sus compañeras está hablando con otra joven: "Pues entre lo que se te ve y se te imagina, menudo tormento pa la imaginación...".
La comitiva llega al quiosco de Tere y Quini, el más popular entre las peñas de castizos. Tere, que también es miembro de la asociación, hace precio especial a los que van vestidos de chulapos. En este momento, y son las once y media de la mañana, hay miembros de seis peñas distintas bailando chotis sin parar con la música de organillo, que pone el quiosco de Tere. Es la hora también del primer trago y la primera tapa.
"Al final somos todos amigos. Aquí nos conocemos todos", comenta un miembro de Los Chisperos de Arganzuela. Ellos acaban de comerse la tortilla sentados en la hierba y dentro de poco se irán a comer al mesón del Pichi. Sus planes para la tarde dependen del tiempo.
Los de la Asociación de castizos Alma de Madrid se paran ahora a saludar a Mercedes Cañas. Sus nueve hijos son barquilleros, igual que lo fue su marido, el padre de su marido y aIgunos de sus nietos. Hacen los barquillos a mano en una fábrica que hay en la calle del Amparo: son los únicos artesanales de Madrid. Hoy se ha reunido toda la familia en la Pradera de San Isidro, porque lo normal es que los Cañas anden repartidos por todo Madrid con la barquillera al hombro.
Enfrente de la ermita del Santo se coloca siempre un organillo. Es otro de los puntos de reunión para los castizos y para los que acuden a la romería con la cámara de vídeo. Esta vez, el arte del músico no invita a bailar a estos expertos. "Es que se para la música. Así no hay quien baile", dicen uno tras otro los castizos. Y in lugar de bailar un chotis, la Asociación de castizos Alma de Madrid opta por "ir a ver cómo está el panorama
Estos castizos se han relajado un poco este año. Por ejemplo no llevan el botijo con agua de la ermita mezclado con anís. Ni tampoco han hecho limonada: zumo de Iimón, frutas y vino blanco. A la misa de campaña que se celebra delante de la ermita tampoco han acudido todos. Pero han pactado un sitio para encontrarse cuando termine: frente a las cámaras de televisión.
Por el camino se cruzan con Mila, el Alma de Madrid, una Jovencísima cantante de de chotis y cuplés. Ahora hace fotos a los que no van vestidos de castizos: les coloca detrás de un cartón con el vestido típico y les pone un pañuelo o una gorra en la cabeza, que es lo único que asoman. "Es para animar a la gente a que se vista. Así se van dando a conocer los trajes de chulapas", dice. Alquilar un vestido de chulapa para este día cuesta unas 7.000 pesetas. Comprarlo puede suponer una cantidad que va desde las 20.000 a las 60.000 pesetas.
Aparece el auténtico Don Hilarión, que en realidad se llama José Erqueta, y es además fundador de una peña de castizos. Cada 29 de julio se elige en La Corrala al que tendrá el honor de llevar el nombre de este personaje durante todo el año. Va ataviado igual que el personaje de la zarzuela: chistera, chaleco, reloj con cadena y un puro en la boca. En ese momento el concejal socialista Juan Barranco está completamente rodeado de castizos. "Éste, siempre que nos ha visto, se ha parado con nosotros", apunta Serafin.
Ya son las dos de la tarde y se disponen a abandonar la Pradera. Pero haciendo una parada cada vez que suena la música de un organillo. Los Castizos Alma de Madrid comerán en un mesón del centro. La sobremesa será en la Plaza Mayor y luego, todos juntos, enfilarán hacia las Vistillas. Terminó la romería y comienza la verbena: los celebrantes rematarán la velada al son de los cuplés de Olga Ramos.
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