El Madrid sigue soñando con la UEFA
La fortuna concede un respiro al conjunto madridista ante el Valladolid
El Real Madrid seguirá metido en la lucha por la UEFA una semana más. La victoria en Valladolid le llovió a Arsenio Iglesias en el momento en que más la necesitaba, cuando su autoridad sobre el vestuario había quedado más dañada y cuando los jugadores menos se habían esforzado por llevarse los tres puntos. La decisión de no alinear a Miquel Soler terminó de triturar el ánimo madridista y lo colocó en un estado de necesidad permanente.El Madrid expuso en Valladolid su amplia gama de carencias, su falta de estilo y su evidente ataque de nervios. Lo que tiene no le da más que para ganar con un golpe de fortuna a un rival que lucha por evitar el descenso. Todo lo que el equipo blanco no había hecho durante el partido lo puso en el campo en el cuarto de hora final. Lasa, el hombre que se quedó en el banquillo pese a la no alineación de Soler, le dio al Madrid la oportunidad de someter a un rival que hasta ese momento siempre le había superado.
El segundo tiempo lo comenzó el equipo blanco sabiendo la victoria del Tenerife en Santander y la necesidad de los tres puntos para mentenerse dentro del sueño europeo. Arsenio colocó a Lasa en lugar de Luis Enrique y agotó su cupo de sustituciones sin aportar con ello ninguna solución ofensiva (Milla sustituyó a Hierro por lesión y Quique entró en el lugar de Chendo). El Madrid, que en la primera parte había sido un simulacro de equipo, se convirtió en la segunda parte en una banda desordenada que se dedicó a discutir en el campo más que a jugar al fútbol, y que desertó definitivamente del partido.
El Valladolid observó a su rival y compuso una faena de aliño a medio camino entre la solidez defensiva y la rapidez atacante. Las explosivas salidas hacia adelante del joven Raúl no encontraron sin embargo a Peternac, y el buen trabajo del centro del campo se diluyó en la atonía general. Vicente Cantatore tenía bastante con ver el desastre madridista y se colocaba en la trinchera de los resultados de sus rivales directos en la lucha por evitar el descenso cuando la fortuna decidió colocarse en la orilla del Real Madrid.
El incomprensible gol de Lasa dio al choque una dimensión que hasta ese momento no había tenido. Tan sorprendido se quedó el Valladolid del gol encajado que durante el cuarto de hora que restaba hasta el final del encuentro encadenó una sucesión de errores defensivos que terminaron por abultar la derrota. A los dos minutos del gol de Lasa, Raúl pudo rematar por primera vez a puerta y sentenció el encuentro. Sin comerlo ni beberlo, cuando todo apuntaba al empate, el Valladolid se encontraba con el saco de los puntos vacío y el Madrid hallaba en la providencia la posibilidad de seguir pensando en la UEFA. Guti apuntilló al Real Valladolid y colocó a Arsenio en disposición de afrontar con entereza las duras críticas que recibirá por la exclusión de Soler.
El equipo blanco mantendrá la mirada puesta en Europa pero su vista está distraída desde hace mucho tiempo en lo adyacente, en lo circunstancial sin que la esencia del Real Madrid, que es lo que ayer se vio en el Nuevo Zorrilla preocupe a nadie lo más mínimo. Lo único importante es el equipo de la próxima temporada. El de ésta está muerto, y enterrado.
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