Anderson pone al Madrid de rodillas

, Sin Copa, sin Europa y con la Liga en el alambre. El Madrid se desploma. Ayer, una explosiva combinación, la que formaron los errores propios y los aciertos del adversario, le dejó con la rodilla en tierra. En peligrosa desventaja en los cuartos de final de la ACB (0-1, al mejor de tres). El Caja San Fernando, o su base Anderson para ser más rigurosos, no le dejó ni respirar. Mal panorama se avecina.Anderson es un jugador impresionante. Una especie de Romario, según Valdano, pero del baloncesto. O sea, un jugador de dibujos animados. Hace cosas imposibles con la pelota. Y sus manos, sus pies y su cintura atentan contra los principios físicos más elementales: se cuelan por lugares herméticos y descubren pasajes inverosímiles. Anderson hace del baloncesto una sesión de magia. Es todo una gozada. Menos para el rival, claro.

La pieza clave del Caja San Fernando ejerció como tal. El Madrid, en cambio, no pudo disfrutar de su jugador determinante: Joe Arlauckas. El americano vivió siempre sometido a Warren Kidd, otra joya del grupo visitante. El marcaje del mejor reboteador de la Liga le dejó fuera de combate.

El Madrid, que abrió el partido de buenas maneras (llegó a ponerse 21-14 de la mano de Smith y Antúnez), acabó de los nervios, entregado a la voluntad del rival (de Anderson, mejor dicho) y sin encontrar caminos por donde irrumpir en el partido. El Caja San Fernando, mientras, se fue diseñando un paisaje favorable: volcó enseguida la ventaja madridista con ocho puntos consecutivos de su base mágico (21-24) y tiró luego de más munición (Scott completó con sus puntos la trilogía foránea del equipo) para plantarse en el descanso con dominio autoritario (35-45).

La segunda mitad no mejoró el panorama del Madrid. Siguieron los blancos con su imagen enfermiza, agarrado al peor Arlauckas posible y comido por el talante batallador del adversario y por la dirección estelar y variada de Anderson. Perdida la esperanza por los caminos ortodoxos, el grupo de Obradovic lo intentó agónicamente a base de triples. Y por ahí, sobrevivió: Loncar, Smith y Laso lograron con sus tiros más allá de la línea de 6,25 no perder de vista al Caja, que gobernaba, pero no se escapaba, Y mientras la afición, la escasa que se acercó al Palacio, culpaba de todo a Neiro y Galerón, viejos conocidos de la casa, el partido fue moviéndose entre los cinco y los. diez puntos de diferencia. Y ya no salió de allí. El Caja San Fernando se llevó el primer asalto.