La última de Berlusconi
Julilo Velasco, seleccionador italiano de voleibol, aspirante a suceder a Capello
¿Extravagante, genial, estúpida o simplemente una broma? La gente del fútbol se preguntaba ayer en Italia por el alcance de la última idea de Silvio Berlusconi: contratar al seleccionador italiano de voleibol, el argentino Julio Velasco, como sucesor de Fabio Capello al frente del equipo de fútbol del Milan. Berlusconi, todavía abatido por los discretos resultados de su partido en las recientes elecciones de su país, no ha hecho comentario alguno sobre la posibilidad de contratar a Velasco, pero algunos de sus principales colaboradores han admitido que el presidente del Milan maneja muy seriamente esta posibilidad.La capacidad de Berlusconi para hacer ruido es inigualable. "¿Y por qué no Velasco", deslizó en una reunión con sus más próximos. Gestos de incredulidad, reacciones de estupefacción, sorpresa. Berlusconi se refería al sucesor de Capello, cuyo futuro está en el Real Madrid. Entre los sorprendidos se encontraba Adriano Galliani, administrador general del Milan, que ha propugnado durante los últimos meses la candidatura del uruguayo Óscar Tavárez, un técnico respetado en Italia, defensor del juego zonal. Pero Berlusconi quiere un triple salto mortal, un experimento con un entrenador del máximo prestigio, pero en otra actividad deportiva.
El hombre es Julio Velasco, un argentino de 44 años que pasa por ser el gran guru del voleibol. Ha ganado todo menos el título olímpico. Hizo de Argentina una de las grandes potencias mundiales y desde 1989 ha convertido a la selección italiana en una perenne ganadora: dos campeonatos del Mundo, tres campeonatos de Europa, el triunfo en los Goodwill Games y cinco Ligas Mundiales.
Velasco es natural de Mar del Plata. Mientras su autoridad en el voleibol es indiscutible, apenas nada se sabe de su relación con el fútbol, como no sea su afición a reunirse con sus amigos para jugar al futbito. También se sabe que es hincha del Estudiantes de la Plata desde los días de gloria del equipo argentino, en los años 60, cuando ganó el campeonato argentino y la Copa Libertadores con un juego situado en las antípodas del que siempre ha pretendido Berlusconi, aunque Velasco mantiene una amistad con Sacchi, al que dice admirar en todos los conceptos.
Hombre de carácter, con fama de tener una gran ascendencia sobre sus jugadores, muy preocupado por la mejora del rendimiento físico, Velasco ha declarado en algunas entrevistas que no le importaría cambiar de deporte, aunque el lunes se mostró sorprendidísimo por las noticias que le llegaban sobre el presunto interés de Berlusconi. "No me lo esperaba. Esto es algo imprevisto", declaró. Luego confesó sus limitaciones. "Soy un entrenador de voleibol, y creo que soy bueno en mi actividad, pero soy un experto en fútbol".
La gente del Milan guarda silencio, aunque algunas voces, como la de Cesare Maldini, seleccionador italiano sub 21 y padre del gran lateral Paolo Maldini, ya han avisado sobre el equívoco: "Velasco es un gran personaje, pero los entrenadores de fútbol no se inventan. No basta ser un ganador para vencer en todas las disciplinas deportivas".
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