La Feria de Abril llega a El Escorial en medio de críticas y aplausos

El Escorial se llenó ayer de caballos engalanados, de niñas vestidas con trajes de faralaes, de fino y manzanilla. Pero la celebración de la primera Feria de Abril en El Escorial (9.000 habitantes) llevó ayer también la división de opiniones entre los vecinos, que critican la decisión del Ayuntamiento del PP de cambiar las fiestas del carnaval por esta celebración andaluza que consideran sin tradición en el municipio.

"Esta fiesta no tiene tradición alguna en el pueblo", comentaba ayer Rubén Moreno, de 22 años y dueño de un bar de la localidad. "La participación de los vecinos es minoritaria, y sólo unos pocos tienen caballo y traje de sevillana. Si se llena, es sólo porque la gente viene a comer y a beber gratis". La celebración de la Feria de Abril sustituye a la del carnaval en febrero pasado. "Los carnavales son más divertidos que la feria. Aunque hace frío, casi todo el pueblo se disfraza", comentó Elena, de 16 años."Nuestro baile tradicional es la jota serrana, aunque eso no quita para que también se sienta el baile de Andalucía" argumentó, por su lado, Felipe Torrejón, escurialense de 49 años.

A pesar de las división de opiniones, la fiesta sigue. Cincuenta caballos y dos carruajes desfilaron ayer por las calles del pueblo. En la plaza de España, un grupo de 30 niñas bailaba sevillanas y los jinetes aplacaban la sed con fino jerezano y manzanilla de Sanlúcar de Barrameda.

Para los "señoritos"

El Ayuntamiento ha desembolsado 400.000 pesetas para organizar esta peculiar Feria de Abril. Santiago Herranz, concejal de Izquierda Unida, en la oposición municipal, criticó ayer la celebración de la Feria de Abril en el pueblo: "Es una fiesta de participación minoritaria, sólo disfrutan de ella los señoritos que tienen caballo", se quejó. Alfonso Bosch, concejal de Cultura, del P.P, partido que gobierna en el municipio, no está de acuerdo: "Con esta feria se trata de promover el ambiente rociero en el pueblo".Hoy, a las once de la mañana, se celebrará una misa rociera, en la parroquia de San Bernabé, y a partir del mediodía los jinetes y las bailaoras tienen previsto reunirse en la plaza de España para comer tacos de jamón con queso y beber fino. Allí los grupos de baile demostrarán su arte desde las, dos de la tarde.