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LIGA DE CAMPEONES: SEMIFINALES

La Juve gana con lo mínimo

Los italianos sacan un gran resultado de un partido infame

Santiago Segurola

Dos equipos insultaron al fútbol en lana semifinal de la Copa de Europa. Uno fue la Juventus, como es costumbre. El otro fue el Nantes, del que no se tienen muchos antecedentes. Según lo visto, es otra calamidad. Entre los dos destruyeron la reputación del fútbol. El balón salió apaleado por los jugadores, o como se llame esta gente que parecía afectada por el síndrome de las vacas locas.Cualquiera se imagina que el juego de la Juventus debería estar a la altura de su fama, de la belleza de su estadio, de la riqueza de los Agnelli, del despliegue que le dedica un día sí y otro también La Gazzetta dello Sport. Pero lo realidad es inversamente proporcional a las expectativas un equipo con tanta historia. No merece la pena de tenerse en las viejos debates sobre la eficacia de sus números, su valor competitivo y su experiencia para aprovechar cualquier ventaja. Sin la camiseta bianconera y su prolijo historial, la Juventus no asustaría a nadie. Pero casi está en la final. Después de un infame primer tiempo, encontró la ayuda del árbitro, que expulsó a Carotti y dejó al Nantes en los huesos. El equipo francés, qué tenía encima un susto considerable, se, fue el piso con el primer empujón de los italianos.

Fue una lástima que no apareciera un grupo de observadores de la ONU o los representantes de Amnistía Internacional para levantar acta del maltrato que se dio a la pelota, sometida a un pim, pam, pum grosero y malintencionado. En los momentos de mayor fragor, los jugadores estaban en plan descacharrante. Corrían sin dirección, chocaban, caían, fallaban. Daba pena ver un estadio tan hermoso convertido en un manicomio.

La Juventus se deshizo del balón desde el primer minuto. Lo tiró hacia cualquier lado, sin. ningún pudor. Ni tan siquiera buscó a Del Piero, la última esperanza futbolística del partido. Del Piero se vio metido en el barullo y no hizo nada por prestigiarse hasta la segunda parte, cuando el árbitro tifó por la Juventus.

El Nantes tuvo una blandura extraordinaria. Entró en el partido pidiendo perdón. En última instancia es el equipo de Kosecki, un futbolista lamentable. Cuando perdió a Carotti, el Nantes se dejó avasallar por la Juventus, que aprovechó sus oportunidades y carnufló sus carencias bajo el brillo de un resultado excelente.

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