Aplausos en La Moncloa
, ¿Hubo química? Tal parece. Los signos externos apuntan que el clima del encuentro entre José María Aznar y Felipe González fue bastante distinto al de ocasiones anteriores. El presidente del Gobierno en funciones calificó la reunión de "bastante cordial y bastante constructiva".
Aznar llegó a las 10.25, con cinco minutos de adelanto sobre el horario previsto. González le esperaba a pie de escalera. Ambos sonrieron sin tasa y se estrecharon la mano tres veces, a petición de los informadores gráficos, en zona de sombra, de sol e intermedia. González bromeó con los fotógrafos y cámaras sobre el sol que bañaba los cedros y las piceas deslumbrantes de los jardines de La Moncloa. "Qué día más bueno os he puesto ¿eh?".
La entrevista duró noventa minutos. A su término, los dos ofrecieron sendas y sucesivas conferencias de prensa en distintos rincones de los jardines. Aznar se fue hasta la fachada del Registro General. González se quedó en la fachada del palacete donde tiene su despacho y su residencia oficial.
La escena insólita se produjo al terminar Aznar. Varias decenas de funcionarios de La Moncloa se mezclaron con los periodistas para seguir las respuestas del visitante. Al terminar éste, de la nube de periodistas salieron algunos aplausos. Tras unos segundos de estupor, se pudo comprobar que aplaudían los funcionarios, no los informadores.
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