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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Decálogo

La mayoría de los presidentes (por no decir todos) de los clubes de la tercera edad, tanto del Inserso como del Ayuntamiento de Madrid, dejan mucho que desear; por tanto, voy a exponer o desglosar lo que debería ser esta autoridad.Un presidente debe tener personalidad y carácter, ejerciendo autoridad sin autoritarismo, siendo responsable de lo que hace bien y de lo que hace mal. Trabajar con espíritu altruista o de filantropía, estando consagrado al servicio de los pensionistas, con inquietudes sociales y disfrutando en su misión con la satisfacción del deber cumplido, 'es decir, con vocación sacerdotal.

Lo primero que debe hacer es estudiar el estatuto, cumplirlo y hacerlo cumplir a todos los vocales de la junta directiva, y los casos dudosos resolverlos siempre en favor de los socios.

Jamás debe enfrentar derechos e intereses de la junta con los derechos e intereses de la asamblea general de socios, que es el principal órgano de participación y representación de los pensionistas. No se reservará ni ocultará ningún asunto que afecte o interese a la asamblea general de socios. No debe dejarse manipular por las señoritas de los servicios sociales o por los directores de los centros, ni consentir que se lesionen los derechos y los intereses de los socios.

No debe ser visceral o con fobia hacia ninguna idea o partido político, porque lo principal es que debe ser democrático.

Cuando tenga que tomar una determinación grave, como puede ser una sanción a un socio o incoar un expediente disciplinario, debe anular toda clase de prejuicios para actuar con rectitud de conciencia. Jamás debe dar preferencias a amigos para disfrute de viajes y prebendas que haya en el club. En la praxis no se cumple ni una coma de los estatutos. Me he tropezado con algunos presidentes que sin producirles sonrojo ni vergüenza, me han manifestado que no han leído los estatutos, ni los entienden ni falta que les hace. No están nada más en las juntas que para figurar y coger las prebendas que puedan.

Todo esto lo digo y lo puedo demostrar con conocimiento de causa, dónde, cuándo y como quieran.-

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