Fuera de juego

Desde un primer momento notó que era grave. Sintió un fuerte dolor en la rodilla y luego un calambre. Sólo habían transcurrido un par de minutos de su primer partido con el Deportivo y Rafael Martín Vázquez daba por finalizada la temporada. "Estábamos en Oporto y llevaba sólo siete días con el equipo. Me instalé en La Coruña el día 26 de julio; la presentación oficial fue el 27, disputé el primer encuentro el 2 de agosto y el 4 ya estaba de vuelta en Madrid para operarme". Martín Vázquez acertó en la gravedad de su lesión: rotura de ligamentos y daños en el ligamento interno y en el menisco. Lleva lesionado casi seis meses. Ha comenzado a correr esta semana. Y no podrá volver a jugar hasta mayo. Dice que en su lesión, como en otras similares, puede haber un componente de ansiedad generado por el cambio de equipo.Rafa recuerda con angustia los primeros días. "El viaje desde Oporto a La Coruña fue horrible. Con la rodilla hinchada y un enorme dolor me metí en un taxi. El conductor, un portugués, llevaba el coche a toda mecha por esas carreteras... Luego cuando llegamos a la autopista mejor, pero yo ya estaba medio mareado y hecho polvo". Tras un examen en La Coruña viajó a Madrid. Quiso que Pedro Guillén, que habitualmente interviene a los jugadores del Madrid, le tratara. "Pocas horas después me operó". Con una férula y sin permiso para apoyar el pie se instaló en su casa de Madrid. "La lesión me la tomé con resignación ¿Qué iba a hacer?. Yo para eso soy muy práctico. Me he lesionado pues no vale de nada quejarme. Lo que pienso es en recuperarme".

Cuando por fin le dejaron apoyar el pie comenzó la recuperación y otro calvario: ir doblando poco a poco la rodilla. "Desde hace cinco meses voy cada mañana al gimnasio por la mañana. Allí trabajo desde las diez hasta algo más de la una. Luego, por la tarde, prácticamente lo mismo".

Durante estos meses ha recibido ánimos de muchos de sus compañeros. Los del Deportivo le llaman, sobre todo Adolfo Aldana que pasó por algo similar. Los del Madrid también. Michel no le da consejos porque dice que los suyo fue distinto, que tuvo muy mala suerte. Come con ellos de vez en cuando. "Una vez al mes acompaño al equipo a algún partido. Es tina forma de estar en contacto. También me llaman el doctor y el mister para ver que tal voy".

Los hábitos de Rafa Martín Vázquez han cambiado estos meses. Dice que ha experimentado cómo será todo cuando se retire del fútbol. Por primera vez lleva una vida de ejecutivo con un horario ordenado de lunes a viernes y el fin de semana libre. "Aprovecho para estar más con mi familia y disfrutar de mi hija Natalia, que acaba de cumplir trece meses". Rafa se proclama un padre moderno: "La baño, la visto, la doy de comer.... Y ahora cuido de mi mujer que está embarazada y un poco pachucha". Cuando encuentra un rato entre la recuperación y sus tareas familiares practica una nueva afición que ha descubierto estos meses: la bici. "Me voy con algún amigo a hacer kilómetros. Es bueno para la rodilla y para estar en forma. Es algo que seguiré haciendo cuando deje el fútbol".

Los fines de semana se convierte en un aficionado más. Sigue el fútbol por la tele y oye Carrusel deportivo. La distancia le permite analizar la Liga con frialdad. "Están pasando cosas muy raras. No digo que el Atlético no merezca estar donde está, pero no es normal a estas alturas de la temporada. El Deportivo comenzó demasiado fuerte la temporada y lo pagó; en la segunda vuelta seguro que mejora. Al Madrid le falta llegada no crea ocasiones y no marca; creo que deberían haber apostado por un equipo fijo. En tanto cambio puede estar parte del problema".