Duelo intenso en Balaídos
El Celta está vivo. No hay dudas en su juego, aunque un primer tiempo apático le ha alejado de la Copa. Fueron los hombres de Fernando Castro Santos durante 45 minutos una caricatura, una reminiscencia de los males de principios de temporada. Fueron momentos de desidia ante un rival de aspecto fornido, que en ocasiones dio la talla de los grandes equipos. Pero la mano de Santos apareció en el descanso. Empezó el segundo tiempo con nueva fisonomía y ahí concluyó el encuentro para el Valencia, literalmente borrado del campo.Hicieron méritos los valencianistas por pasar como uno de los mejores equipos que esta campaña ha visitado Balaídos. En este campo encontró un gol, tesoro que ninguno de los últimos siete visitantes había capturado en Vigo.
Los de Luis Aragonés, al que Santos reconoce como su maestro, no aumentaron tal renta cuando las cosas les vinieron bien, y de milagro no salió sentenciado de Galicia. Pero el Celta no supo sacar partido de su superioridad numérica y se conformó con un resultado desmerecedor.
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