Al Barcelona le falta caracter
Los jugadores azulgrana evitaron la goleada ante el Celta
Lo peor no fue el resultado, sino la falta de carácter que mostró el Barcelona. Y lo mejor que evitó una goleada que hubiese precipitado los acontecimientos en Barcelona. Se vio sorprendido por el mejor Celta de las últimas temporadas y saldó con una nueva derrota su segunda visita a Galicia en la presente campaña. Tensionado en su entorno, sobre el terreno de juego fue un equipo débil de personalidad, maltratado por los gallegos, que no acabaron de creer en la posibilidad de humillar al aspirante al título.El primer cuarto de hora se lo pasó el equipo de Cruyff rastreando su sitio en el campo mientras el Celta acumulaba media docena de ocasiones. La presión celeste, intensa y en todas las líneas, sorprendió a un Barcelona que empezó a acumular tarjetas desde recién iniciado el encuentro para frenar a su inesperado,rival. Gudelj, suplente en los últimos encuentros, llegó un par de veces en ventaja hasta Busquets, lo mismo que Gil y Sánchez. Fueron suficientes avisos para que el entrenador holandés levantase la bandera y reorganizase su desorientado centro del campo. Los cambios de posición entre óscar y Bakero, y sobre todo la inoportuna lesión de Eusebio, contribuyeron, al filo del cuarto de hora, a que el Celta perdiese voltaje.
La sustitución del durante siete años jugador azulgrana puso de manifiesto la dependencia que de él sufre el Celta. A partir de ese momento, Guardiola y Popescu comenzaron a surtir de balones a su vanguardia. Tomó así las riendas del desbocado encuentro, pero fue poco para quien aspira a dar caza al líder. Ni Figo ni óscar ni cual quiera de los barcelonistas que frecuentaron el área del Celta dio sensación de poder lograr lo que en Balaídos no ocurre desde que Santos cogió al equipo: marcar en Balaídos. Los males del conjunto catalán colmaron sobre la bocina del descanso. Ocurrió cuando Gudelj, trompicado, escapó de un Ferrer en funciones de hombre libre. El defensa barcelonista no tuvo más remedio que impedir que el céltico encarase a Busquets. García Aranda lo castigó con amarilla, pero el acopio de tarjetas de los primeros minutos de . ó al Barcelona con un hombre menos. Entre Nadal y Amor se las ingeniaron para tapar el hueco dejado por Ferrer en el lateral derecho. Y el entrenador azulgrana tardó diez minutos en hacer uso del banquillo. Fue una pequeña concesión al conservadurismo del holandés. Salió mal. No había transcurrido un minuto desde que Abelardo reforzó la retaguardia cuando Gudelj y Sánchez se la jugaron al central asturiano. El primero, de espaldas a la portería, abrió el balón a su izquierda. El segundo, entrando desde atrás, fusiló al portero barcelonista.
Desde ese momento se sucedieron las oportunidades en las dos porterías, pero fue Busquets quien trabajó más.
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