"El esqueleto del PSOE necesita carne, sangre y alma"
Ana Noguera, de 31 años, militante de Izquierda Socialista y concejal del Ayuntamiento de Valencia, fue una de las voces críticas que se alzaron en el Comité Federal del PSOE que decidió designar a Felipe González como candidato a la presidencia del Gobierno por séptima vez. Noguera se siente decepcionada por el proceso de elección del candidato y asegura: "El esqueleto del partido. necesita carne, sangre y alma".Licencida en Filosofía, acaba de terminar una tesis doctoral sobre el marxismo crítico en la que contextualiza los escritos del pensador alemán y extrae sus aportaciones más actuales al pensamiento de izquierdas. Habla con voz suave, pero no titubea y es rotunda al afirmar que el aparato del Partido ha hurtado a la militancia una oportunidad de oro para "abrir las ventanas y ventilar la organización". El propio Felipe González aplaudió la intervención de Noguera ante el Comité Federal celebrado el pasado 22 de diciembre. El secretario general abandonó un momento la sala donde se celebraba el cónclave y, al pasar junto a los representantes de la Comunidad Valenciana, se dirigió a Noguera y le dijo: "Buenas tardes compañera, buena intervención".
La concejal de Valencia recuerda que las palabras ole González generaron cierto alborozo entre sus compañeros y resume su intervención ante el comité federal: "El proceso de elección del candidato ha sido decepcionante. Hablamos de renovación conferencia tras conferencia, pero la regeneración es un proceso que debe empezar desde la cúpula. Algo que resulta muy difícil porque exige el sacrificio de demasia das personas de las que nos sentamos en el Comité Federal".
Noguera distingue tres fases en el proceso de selección "del candidato socialista y futuro presidente del Gobierno": "Cuando Felipe González anunció, en torno al verano, que estaba cansado y que no tenía intención de seguir, alegando razones perfectamente asumibles y comprensibles, no se produjo ninguna reacción histérica, nadie se rasgó las vestiduras y varios secretarios generales de comunidades autónomas o ministros empezaron a sonar como posibles sustitutos". Noguera recuerda cómo varios militantes afectos al sector más oficialista del partido llegaron a hablar de elecciones primarias y de fomentar la participación de la militancia, pero añade: "Faltó agilidad, faltó intuición e incluso faltó dernocracia".
El peso de González
La joven dirigente socialista aventura que "los llamados renovadores" decidieron optar por uno de ellos para asumir la candidatura a la presidencia del Gobierno. "La segunda fase llegó cuando González apuntó a Javier Solana como su sucesor", afirma. La intervención del secretario general fue decisiva para cortar las alas a cualquier otro aspirante: "Una vez que González ha designado un candidato, a ver quién es el guapo que le dice que no". Noguera recuerda que las consultas a la militancia no son frecuentes en el seno del partido y advierte de la excesiva influencia de González sobre sus fieles: "Los miembros de la ejecutiva empezaron a recolocarse porque creen que es preferible estar de acuerdo con el secretario general".
Pero el nombramiento de Solana como secretario general de la OTAN dio al traste con la opción de González y provocó la tercera fase en la que el factor tiempo fue decisivo: "A las cinco de la tarde del viernes 22 de diciembre, víspera de Navidad, el comité ejecutivo no tuvo más remedio que pronunciarse por González. Ya no había tiempo material para crear otro candidato antes de las elecciones generales. Felipe es el mejor candidato, el que tiene más tirón, el más conocido". Su designación era inevitable, aun a su pesar: "Sacará fuerzas de donde no las tiene. Y yo seré la primera en luchar porque el socialismo obtenga el mejor resultado posible en las próximas elecciones".
Noguera forma parte del comité federal desde hace año y medio y ha pasado por varios cargos orgánicos menores en el partido. Su análisis de la organización surge de su propia experiencia: "El partido tiene un esqueleto muy sólido creado por Felipe González y Alfonso Guerra a finales de los años setenta. Pero hemos vivido un descenso electoral continuo desde 1982 porque el esqueleto del partido necesita carne, sangre y alma".
La militante crítica se indigna cuando algunos compañeros comentan: "Con Felipe perdemos menos". "Yo no estoy aquí para perder, sino para ganar", dice, "lo triste es que tomamos como referente los resultados actuales y no los de 1982".
Entre las razones del descenso electoral del PSOE, Noguera destaca la prepotencia por encima de la corrupción: "Los casos de corrupción son aislados, pero la prepotencia es más grave porque genera el caldo de cultivo en el que surge la corrupción". Sin embargo vaticina que "el Partido Popular lo tiene más difícil de lo que parece. La lástima es que, a la vista de la gestión de los populares, las elecciones se celebren sólo nueve meses después de las municipales y autonómicas".
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