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El nombre del destino

Un juez embarga por error el piso de una mujer que se llama igual que una morosa

Carmen González Martín, ama de casa de Fuenlabrada de 38 años, casada y con tres hijos, ha tenido la desventura de ostentar el mismo nombre y apellidos que una mujer buscada por la justicia por una deuda de 6,5 millones. Una juez de Torrijos, Toledo, le ha embargado su piso de 80 metros cuadrados sin comprobar los DNI, según denuncia su abogado. Ahora vive atormentada. Su misión es buscar a Carmen, la mujer que avaló un préstamo de 6.500.000 pesetas para montar un taller, y demostrar que no tienen nada en común.La armonía de la familia González Martín se rompió en el verano. En agosto, Carmen y su marido, Juan Guerrero, ferroviario, recibieron un telegrama exigiéndoles 4.500.000 pesetas más 1.600.00o de intereses, por un préstamo que no habían abonado. Juan, extrañado, acudió a la policía. Allí le dijeron que no se preocupara. "Pensamos que había sido tina confusión, y no lo dimos importancia" indicó Juan. Pero el día 19 de diciembre dos agentes judiciales irrumpieron en el piso de Carmen, el 3º D de la calle de Villaviciosa de Odón, en Fuenlabrada (160.000 habitantes). La pareja de funcionarios indicó: "Este piso se va a embargar por una deuda que no han pagado",. Carmen se derrumbó: "Pensé que era una broma, pero luego comprobamos que era verdad". Su marido se movió con premura y acudió al juzgado de Torrijos. Según el secretario judicial, Carmen González Martín, sin DNI conocido, avaló un leasing (alquiler con opción a compra) de 6.500.000 pesetas para la construcción de un taller de la empresa Autos Fuensalida, en Fuensalida (Toledo). Según el contrato, los prestamistas pactaron desde 1993 un pago de 48 cuotas de 159.552 pesetas. Sin embargo, en 1994 dejaron de pagar, por lo que la empresa les demandó en Torrijos.

Entonces, la magistrada actuó contra la persona que firmó el aval, Carmen González Martín, pero se equivocó de persona, según la familia fuenlabreña. Juan Guerrero cree que la confusión surgió porque hace dos años la avalista vivía también en Fuenlabrada. "La juez al iniciar los trámites, actuó en contra de mi mujer porque ambas tienen el mismo nombre y vivían en Fuenlabrada, pero no cotejó nada más", dice el marido.

La familia González Martín intentó hablar con la magistrada sin éxito. Sólo les ha recibido el secretario, que les ha recomendado la búsqueda de un abogado para plantear los recursos. "Nosotros, que no tenemos que ver nada con el asunto, ahora nos tenemos que gastar el dinero en un abogado, porque si pedíamos uno de oficio tardaba cinco meses y nos quedábamos sin nada", dice Juan Guerrero.

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