Vida nueva

Cuando se ha recorrido ya un buen tramo de esta vida, uno aprende que la existencia no es como una cinta que discurre oportunamente desde el comienzo hacia el fin, sino que aquí se suceden y van estrenándose películas muy surtidas. No se vive y se perece una vez, sino que se nace y se muere repetidas veces. Nos contemplamos en una foto de hace años y parece que estemos acabados, pero llega un tiempo después inesperadamente limpio que nos reintegra el vigor.Entre los hombres y mujeres célebres, no importa las veces que les haya visitado el fotógrafo, siempre prevalece un rostro, un vestido o una mirada en los que se inmortalizan. Estas imágenes no están. relacionadas con una edad fija. Pudieron haber cristalizado antes o después, podrían, seguir cristalizando y compitiendo con otras.

La evidencia de que nada fluye tercamente hacia una culminación se presenta, a lo mejor, cuando se ha gastado media vida en el denuedo de lograr un final, pero nada parece más vano entonces.

Nada es para siempre. No hay una vida única e irremediable. Cada fin de año, a estas alturas de las Nochevieja, regresa la ilusión de que más allá de este momento quebradizo se abrirá otro mejor y, más allá, una realidad excelente, ¿Por qué no? Las ilusiones son emociones de alto rango y no hay ideas baratas o para tontos. Desde el amor a la salud, las cosas no obedecen a una línea recta ni de igual color. Es verdad que sus idas y venidas, los diferentes tonos de Una trayectoria, no detendrán, por intensos que sean, la llegada de la muerte; pero la muerte, vista así, es otra historia más. La gran historia gracias a la cual adquieren alto sabor todos los afanes. de la vida y dentro de la cual acaso sea posible edificar sin enfermedades ni enemigos las más extraordinarias de las cosas.