Una mariposa vital para todos
Vuela mariposa es una obra del Teatro del Buratto (Italia, 1975), recomendada para niños, de 11 años en adelante; en realidad, tiene envergadura suficiente para presentarse a un público adulto, y unos recursos estéticos (pulcramente realizados con técnica de luz negra y algo de sombras) capaces de atraer la atención de los chavales de menos edad. En el estreno, con el que se ha iniciado el ciclo Teatro de Italia para niños, había chicos menores de la edad recomendada y no parecían aburrirse, a pesar de que el público infantil es implacable en sus juicios. Aun así, hay que tener claro que los más pequeños se quedarán sólo con el envoltorio plástico (de plástica) de un discurso inalcanzable para ellos.
La obra es una bonita fábula sobre la iniciación a algo. . . a la propia realización, al arte, al conocimiento; a cuestiones tan diversas como el particular tamiz de cada espectador. Pero en el público al que va dirigida se encuentra una valiosa clave para entenderla como metáfora sobre el paso de la niñez a la mayoría de edad. De muñeca a actriz de carne y hueso.
Sin diálogos
Quizá sea dudoso que los púberes perciban en la historia una situación que no les es ajena; a ello contribuye la estética orientalista (inspirada en el teatro japonés Bunraku) y un público de un sector de edad poco acostumbrado a que el teatro de España se ocupe de ellos; mucho menos que lo haga desde registros de tan alta calidad. El idioma tampoco es ajeno a ese posible distanciamiento, aunque Vuela mariposa carece de diálogos, casi de texto, una voz pregrabada (en italiano) subraya algunos pasajes; los del Buratto sortean el problema dando una somera explicación al inicio de la función, y entregando un escrito con parte del texto. Está claro que no es lo mismo, pero es un inconveniente menor, apenas apreciable frente a la enorme oportunidad de apreciar el lenguaje universal del teatro, el "teatro total" del Buratto, según autocalifican un estilo muy propio en el que aspectos musicales o visuales adquieren tanta importancia como el trabajo del actor, y en el que la animación de muñecos y objetos se ha desarrollado, con éxito, por caminos de enorme dificultad.
Vuela mariposa habla de B. y las pruebas a que será sometida por cuatro gurus hasta alcanzar "luz del conocimiento", pruebas sobre el uso del cuerpo, la gracia el valor y la voz. Los cuatro maestros, representados por máscaras, reciben a B.. una muñeca magníficamente manipulada, en un lugar mágico plagado de sombrillas y abanicos que vuelan, de luces y sombras, de música y sonidos. El escenario, convertido en sitio único a fuerza de pura técnica, arte y oficio que alcanzan altas cumbres, alguna tan memorable como el paso de gusano a mariposa, alguna tan bella como el haraquiri final.
Vuela mariposa Teatro de la Abadía. Fernández de los Ríos. 42; metro Quevedo. Hoy, a las 12.00 y a las 18.00 horas. 1.200 pesetas.
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