La familia de Aldaya ha enviado a ETA un pago del rescate
La familia de José María Aldaya ha enviado a ETA, a través de una complicada red de intermediarios, una cantidad de dinero inferior a los 50 millones de pesetas con la esperanza de conseguir la liberación del rehén, según han informado fuentes de la investigación. Éste es el primer pago que se realiza desde el secuestro, hace siete meses, de este propietario de una pequeña empresa de transportes. Unas 20.000 personas participaron ayer en San Sebastián en una marcha para exigir a ETA su libertad.
Según las fuentes citadas, no existen garantías de que la organización terrorista considere suficiente para devolver la libertad a Aldaya la cantidad dispuesta por la familia. El estado de ánimo y la actitud de ésta han pasado por varias fases. Primero consideró que ETA había incurrido en un error de bulto al cifrar la capacidad económica del empresario en tomo a 1.000 millones de pesetas y mantuvo la esperanza de que reconociera su equivocación y lo pusiera en libertad.En el entorno familiar se ha considerado también que la prolongación del secuestro obedecía a razones políticas y pretendía tanto mantener abierto un desafío a la policía como hacer un alarde de fuerza ante los propios simpatizantes de ETA. La larga duración del secuestro, por otra parte, tiene un efecto evidente en la presión psicológica sobre otros empresarios a los que se exige el pago del chantaje conocido como impuesto revolucionario.
Finalmente, ha aceptado intentar hacer llegar a ETA varias decenas de millones de pesetas. Según las fuentes citadas, la esperanza de que Aldaya pudiera pasar las fiestas de Navidad en casa está relacionada con esta tentativa de pago.
Por otra parte, los ministros de Defensa y Justicia e Interior, Gustavo Suárez Pertierra y Juan Alberto Belloch, respectivamente, fueron insultados y abucheados por un grupo de personas al salir de la catedral de León, donde asistieron al funeral por el comandante Luciano Cortizo, asesinado por ETA el viernes. Unos desconocidos llegaron a apedrear los coches de ambos ministros. La bomba que mató al comandante estaba colocada dentro de su automóvil, según informó el gobernador civil de León. Páginas 15 y 16
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