Celta, 1; Oviedo, 0.
Con Fernando Santos en el banquillo, Balaídos se ha convertido en una fortaleza. Desde la llegada del nuevo entrenador, el Celta escala sigilosamente en la clasificación gracias a su solvencia en casa. Ayer volvió a ganar, aunque fuese en medio de la agonía (Gudelj, m. 90). Los vigueses se estrellaron hasta el supiro final ante la muralla del Oviedo. Los asturianos apenas hicieron otra cosa que defender el empate, sobre todo cuando en el minuto 51 Dubovsky acreditó su fama de jugador conflictivo y se fue a la caseta presumiblemente por insultar al árbitro. Con más fe que juego, el Celta buscó el gol hasta los estertores del partido y lo consiguió. -
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