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EL MAGO DEL MÚSCULO

La cámara de los horrores

El holandés Dick van Toorn es el fisioterapeuta de moda en el fútbol, con unos métodos muy dolorosos

Dick van Toorn, el prestigioso fisioterapeuta holandés que ha tratado con gran éxito las lesiones musculares de varios futbolistas españoles, reconoce que su sistema es duro, pero se remite a los resultados que alcanza. Por sus manos, y el tratamiento que ha desarrollado a lo largo de 20 años de carrera, han pasado gran cantidad de deportistas, en su mayoría jugadores de fútbol internacionales, holandeses, italianos, franceses, belgas y últimamente un chorreo interminable de españoles.Su nombre empezó a sonar entre los circuitos españoles en el año 1993, cuando Johan Cruyff, al que Van Toorn había tratado años atrás, le envió a Koeman lesionado. Después de los jugadores del Barcelona su casa se convirtió en el punto de peregrinación de los lesionados de todos los clubes españoles: Ferrer, Goicoetxea, Juan Carlos, Stoichkov, Prosinescki, Fran, su hermano, Mijatovic, entre otros han pasado por sus manos.

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Y es que Van Toorn ha desarrollado un eficaz y discutido método de tratamiento de las lesiones musculares de los jugadores. "Mi especialidad es el tratamiento intensivo de la lesión, con unos ejercicios para los que he desarrollado aparatos especiales que mejoran la resistencia muscular" explica a EL PAíS en su casa de Rotterdam.

De su sistema se ha dicho mucho, pero Van Toorn ha sido sobre todo criticado por la excesiva dureza de sus ejercicios. Él define su tratamiento como "de choque", justificado por la necesidad que los jugadores tienen de estar listos para volver al campo lo más pronto posible y necesitan obtener resultados inmediatos. "Los jugadores vienen a mí por uno o dos días, incluso a veces apenas unas horas y la única manera de lograr un rápida recuperación que evite la recaída pasa por un tratamiento fuerte", explica. En su método combina la medicina tradicional con la acupuntura y de forma excepcional la homeopatía, que culmina con duros ejercicios de recuperación. "Comienzo analizando el origen de la lesión y cómo se ha producido, aplico una especie de moviola hacia atrás y sólo entonces cuando sé cómo se ha producido me pongo a trabaiar para eliminar la causa de la lesión", dice. "No es un vulgar masaje, sino presiones para separar las articulaciones". Luego, y dependiendo del tipo de lesión, Van Toorn hace uso de la acupuntura o de pequeñas descargas de corriente eléctrica, y cuando es necesario realiza estiramientos. Después es el paso al salón. El fisioterapeuta holandés ha diseñado y desarrollado unos aparatos de entrenamiento, únicos en el mundo, para llevar a cabo los ejercicios que prescribe a sus pacientes y que buscan mejorar la resistencia muscular.

La consulta de Van Toorn, situada en la planta baja de su casa de Rotterdam, apenas tendrá 50 metros cuadrados atiborrados de máquinas extrañas. En las tres salas minúsculas en las que, despacho aparte, se ha dividido la sala de torturas, se amontonan los más de una decena de aparatos, algunos de grandes dimensiones, diseñados por él. Bien podrían estar sacados de un antiguo gimnasio de los años cincuenta, hechos de madera, forrados manualmente de piel de color marrón y con los hierros despintados por el uso. De hecho, el ahora harto utilizado aparato para los abductores, presente en cualquier gimnasio que se precie, hace años que tiene un precedente artesano en la sala de Van Toorn.

La parte mecánica corre a cargo de un especialista amigo que los construye, siguiendo de forma estricta sus instrucciones. "No son resultado de un día de inspiración. Comencé en los años setenta a diseñarlos y los voy mejorando poco a poco a medida que gano con la experiencia'', explica mientras mete y saca el pie de uno y otro artilugio.

Realmente, hasta que Van Toorn no se pone a hacer una demostración de cómo funciona una especie de talonera de hierro rodeada de una cadena que termina sobre lo que cualquiera definiría como el piñón de una bicicleta de la Segunda Guerra Mundial, resulta increíble creer que aquello sirva para hacer ejercicios de rotación de la rodilla. Y también es difícil imaginarse a Mijatovic instalando su pie entre los cueros y maderas que con varios kilos de peso encima deben hacer recuperar su correcto movimiento al talón. Pero lo que resulta aún más increíble es que máquinas de apariencia tan rústica puedan tener tan efectivos resultados.

Sin embargo, Van Toorn no ha pensado en patentarlos y venderlos. "Lo he tenido alguna vez en la cabeza, pero mis inventos funcionan utilizados en la forma y tiempo adecuados y si otros lo utilizan no lo podré controlar" explica.

Para evitar las sorpresas desagradables, Van Toorn considera que lo mejor es explicar previamente el dolor. "Les advierto dónde, cómo, cuándo y por qué se van a producir las molestias durante los ejercicios que van a realizar", dice. Es consciente de que su método es duro y reconoce que se han creado una cierta imagen de torturador a su alrededor. "Es inevitable que se creen bulos, mis tratamientos son ciertamente duros y a veces dolorosos pero nunca han provocado consecuencias negativas a nadie". Y recuerda al jugador del PSV, Van Basten, que acudió a su consulta 10 años atrás y salió echando pestes de su tratamiento. "Van Basten lo consideró muy doloroso pero la percepción del dolor es subjetiva y no es la misma para todas las personas", explica.

Sin embargo reconoce que muchos futbolistas llegan con miedo, como el caso Hagi, que no quiso someterse a la totalidad del tratamiento por temor al dolor. Pero dolorosos o no, lo cierto es que los resultados de su peculiar "método de choque" son indudables. No en vano es considerado uno de los mejores fisioterapeutas y se ha ganado internacionalmente el apelativo del Mago de Rotterdam.

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