"Madrid volverá a ser la ciudad humana y cariñosa de siempre"
De aquellos años verdes, título del disco que recopila las canciones que compuso Javier Bergia en los ochenta, rezuma nostalgia, ecología y erotismo, sensaciones todas del mismo color que la esperanza. El hombre que caminaba solo por la Castellana, en busca de algún sueño, ha vencido el insomnio en un pueblo de Toledo, lejos del Madrid que le inspiró. Bergia no le dedicó jamás una canción a ningún rincón de la ciudad alejado del centro. Nació en 1958, muy cerca de Recoletos. Insiste en no pasar por pesimista, pero mal lo disimula. cuando precisa: "Con minúsculas, que para Madrid y la música, cualquier tiempo pasado fue mejor". Pregunta. De aquellos años verdes, ¿es un homenaje a la nostalgia?
Respuesta. Posiblemente, porque yo guardo unos excelentes recuerdos de aquellos años. He querido retomar una serie de canciones que en su momento no tuvieron demasiada buena acogida. En este disco llevan una capa de barniz, con los instrumentos que manejo actualmente mucho más foIk y con toques étnicos.
P. ¿Iba usted realmente andando por la Castellana cuando compuso Recoletos, canción que comienza con esa frase?
R. Sí, efectivamente. Venía de la otra punta de Madrid, donde vivía una amiga mía azafata que, por cierto, estaba como una moto, y que organizaba reuniones muy agradables entre los amigos. Teníamos todos 19 y 20 años, Madrid era una ciudad fantástica para las relaciones y los músicos teníamos mucho trabajo. Todo el mundo podía desarrollar sus inquietudes culturales y contraculturalels.
P. Contracultura, a veces, reconvertida en lo que con desdén se han llamado yuppies. ¿Se siente uno de ellos?
R. Yo nun ca he sido un yuppy, mi línea se acercaba más a lo hippy. Me gusta muchísimo el campo y siempre estuve muy cerca de la naturaleza, a pesar de vivir en, Madrid. Por eso, ahora mi casa está en un pueblo. Aquí trabajo y descanso, de maravilla, aunque sigo en contacto con la gran ciudad.
P. Una gran ciudad atascada y con humo, esas cosas sin las que sus canciones no hubieran existido.
R. Bueno, sigo componiendo letras al mismo tiempo que preparo un disco instrumental que me hace mucha ilusión, porque se trata de un viejo proyecto.
P. ¿Qué queda de aquellos años verdes?
R. Nos queda una filosofía maravillosa que tenemos que transmitir por obligación a las generaciones que nos siguen. Madrid está creciendo con demasiada rapidez; y con esa filosofía podemos conseguir que esta ciudad, cosmopolita y europea, se convierta en el sitio humano y cariñoso que siempre fue.
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