Los diputados 'tories' se niegan a revelar sus ingresos privados

Todo fueron parabienes y alabanzas cuando el informe Nolan vio la luz la pasada primavera. Parlamentarios de todos los partidos británicos se deshicieron en elogios respecto al trabajo de investigación en la vida pública del país llevado a cabo por un comité puesto en marcha por el propio primer ministro John Major, hace ahora casi un año y presidido por lord Nolan. Sin embargo, el comité de la Cámara de los Comunes encargado de darle el visto bueno rechazó el martes por la noche, en una sesión tormentosa, uno de los puntos esenciales: el que exige a los diputados revelar sus ganancias privadas.

Al contrario que sus compañeros en el Parlamento Europeo, los diputados tories se resisten a hacer público ese substancioso capítulo de ingresos, que muchos de ellos consideran imprescindible para llegar a fin de mes, alegando que el sueldo oficial de un parlamentario, 33.189 libras al año (poco más de seis millones y medio de pesetas) es completamente insuficiente.

El lunes próximo serán los 650 diputados los que decidan mediante libre votación que se hace con el informe Nolan. El Partido Laborista, que ha hecho de estas propuestas para mejorar los niveles de transparencia en el Parlamento británico su caballo de batalla, está decidido a presionar hasta el final para conseguir la aplicación de esos mandamientos del buen parlamentario y cuenta con el apoyo de algunos diputados tories.

El propio John Major declaró ayer su intención de votar a favor de las "reformas Nolan", aunque no dejó completamente claro si se refería a la versión original o a la aprobada por el comité.

Otro de los aspectos del informe Nolan que ha generado bastante polémica es el momento ideal para poner en práctica esta normativa. Los tories se inclinan por hacerlo tras las próximas elecciones generales, previstas para mayo de 1997, mientras los laboristas quieren verla en marcha lo antes posible.