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El Madrid pone en cuarentena al Barça

El equipo madridista se queda sólo en cabeza de la Liga tras ganar en el Blaugrana

Robert Álvarez

El Real Madrid se marchó del Palau Blaugrana con la duda de silbar una melodía festiva o reprimir su alegría instintiva. Su victoria le deja: sólo en la, cabeza del campeonato, cierto. Deja también con una herida abierta al vigente campeón, un Barcelona que no sabe cómo ganar en el Blaugrana, una pista que se presuponía talismán pero en la que sumó ayer su tercera derrota. Cierto, todo eso es cierto. Pero también es cierto que el Madrid ganó a pesar de su contumacia en el error. Fue un partido resuelto más por omisión que por acción. Ganó el que incurrió en menos cientos de errores y ese fue el Madrid. El Madrid, eso sí, siempre llevó el timón y la prórroga no hizo sino aumentar la necesidad de un profundo examen de conciencia madridista.. El tono del partido fue arcaico y contradictorio con los antecedentes d9 ambos equipos en lo que va de temporada. El juego arrancó con un estilo sobrio por ambas partes pero fue degenerando en el miedo y la racanería. Se volvió a los cercanos pero maldecidos tiempos de marcadores cortos y talentos aprisionados. El Barcelona echó en falta al lesionado Karnisovas y el Madrid tiró de veta con Arlauckas, como si de Sabonis se tratara. Mal asunto cuando un resultado se supedita a un par de individualidades.

El Barcelona actuó con una precipitación indigna de la veteranía que le distingue. Intentó resolver en cuatro segundos situaciones que requerían agotar las posesiones. Godfread y Middleton le mantuvieron con vida pero nunca encontró munición para sus aleros y no supo cómo meter en un partido tan espeso a Andreu y Ferran. Encima, no supo encarar el grupo azulgrana la defensa en zona que en ocasiones le planteó el Madrid. El ritmo siempre lo llevó Laso, máxime por las constantes pérdidas de balón en que incurrió el Barcelona. Ni siquiera con dos bases en pista arregló gran cosa el panorama Aíto García Reneses.

El Madrid fue mucho más certero y clarividente. No se lió. Mantuvo todo el tiempo en pista a Arlauckas y Savic y basó todo su juego en la efectividad del americano y la defensa e in teligencia del serbio bajo los aros. Abrió brecha el Madrid el Madrid (21-26 y 31-39 en la primera parte y 38-45 y 50-54 en la segunda). Pero a punto es tuvo de echar su trabajo por la borda con una penosa resolución en los instantes decisivos. De hecho y pese a dominar por 62-67 permitió que el Barcelona igualara a 67 y forzara una prórroga. Fueron los cinco mi nutos de prolongación un recital de faltas azulgrana y constantes errores por ambos bandos pero siempre con el Madrid con ventaja: 67-72 y 75-80.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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