El Zaragoza hace agua
El Zaragoza hace agua por los cuatro costados. Ante un equipo que en La Romareda no evidenció más fundamentos que el pelotazo a la grada, los aragoneses dejaron constancia de sus carencias. El centro del campo es una caricatura y no hay quien inquiete en punta de ataque; en definitiva el Zaragoza ha dejado de ser un bloque. Todo este cúmulo de desatinos, que viene apreciándose desde comienzos del campeonato, quedó ayer palpable ante una Real Sociedad que se ha olvidado de este juego. Lo! donostiarras han retrocedido, rescatando el antifútbol que les caracterizó hace décadas, y no sólo no sienten el menor rubor en sacar el balón cuanto más alto y más lejos mejor, sino que renuncian a iniciar las jugadas en su zona defensiva. Pero su efectividad fue máxima. Al borde del final, en el cuarto remate sobre portería, De Paula logró el triunfo.
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