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FÚTBOL: OCTAVA JORNADA DE LIGA

La inspiración fue para el Sporting

La derrota del Celta deja a Aimar en una difícil situación

, Los jugadores del Celta hicieron todo lo posible para salvar el pellejo de Aimar, pero chocaron contra su propia ineficacia. Los dirigentes vigueses, los mismos que pusieron al club al borde del desastre, pueden echar a Aimar, pero por el partido de ayer no tienen argumentos. El Celta fue un equipo bien armado y que le echó un pulso al Sporting sin importarle el escenario del partido ni los apuros clasificatorios. Lo demás, un gol arriba o abajo, tiene más que ver con la inspiración individual o la suerte. Ayer estuvo del lado del Sporting, representada por Sabou, un jugador que cuenta con los dedos de una mano los goles de cabeza durante su carrera.

La apuesta de Aimar dio resultado. Durante 20 minutos el Sporting no vio el balón. Lo tenían en exclusiva Desio, Merino, Gil y, sobre todo, Eusebio, capaz de dar brillo al equipo más oscuro. Pero los célticos no se, limita ban a tocar y tocar para marear la perdiz. Conseguían llegar con cierta facilidad al área y disfrutaron de las primeras ocasiones, aunque no apenas exigentes para Ramón, el sus tituto de Ablanedo.

El Celta dejó pasar esa fase sin provecho en el marcador y, permitió levantarse al Sporting, que ya no es aquel equipo del año pasado que se derrumbaba al primer soplo. Tiene, por ejemplo, a Bango, que ayer cargó de razón a su entrenador, empeñado en hacer de él un gran libre. Bango dignificó ayer ese puesto, refugio muchas veces de jugadores cómodos y utilitaristas. Aguantó primero el chaparrón y fue el que, ante la incapacidad de los organizadores, empezó a sacar el balón con sentido.

En un chispazo, en el primer balón potable del que dispuso Lediajov, el Sporting cambió la orientación del partido. Fue un jugadón del ruso, de esos dignos de entrar en un museo. Recibió en el pico derecho del área, sentó a dos rivales y tocó sobre la salida de Prats. El balón se paseó lentamente por delante de la portería, con tanta incertidumbre que ni un cazagoles como Julio Salinas supo a qué atenerse. Al final, el balón se perdió junto al poste y Salinas chocó contra la madera.

Salinas había marcado en los tres partidos anteriores en El Molinón. Ayer también lo hizo, en el minuto 43, pero el árbitro lo anuló por una supuesta mano. El delantero internacional acabó por maldecir a Ansuategui a los 55 minutos, cuando ignoró un claro penalti de Berges, que evitó su remate casi a puerta vacía. Por entonces, el Sporting ya' jugaba a favor del marcador gracias a un gol de Sabou, que sigue abonado al milagro. Sabou, un extranjero oscuro y cuya continuidad en la plantilla siempre está a expensas de alcanzar los 20 partidos por temporada, ya fue decisivo en la promoción que evitó el descenso y que le valió la renovación.

El 1-0 disparó al Sporting y apagó al Celta, que perdió todo el mando anterior y ya no tuvo opción.

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