LA CREADORA DE PRESIDENTES
Hillary Clinton parece tener muy claro de quién depende que su marido, Bill Clinton, haya llegado a ser lo que es, según una anécdota que ha contado Edith Klestil, la esposa del presidente de Austria, Thomas Klestil, a la prensa vienesa. Los Clinton viajaban en automóvil por Arkansas acompañados de dos guardaespaldas y un fotógrafo. Bill, que conducía, se de tuvo en una gasolinera y se puso a llenar él mismo el depósito. "Mientras tanto", cuenta Edith Klestil, "Hillary saltó del vehículo y besó al atractivo empleado de la gasolinera". Cuan do volvieron al automóvil, Bill mostró su extrañeza por un es pectáculo que le había parecido algo exagerado. Pero, según Klestil, Hillary respondió muy convencida a su marido: "No te alborotes; él fue como tú, un gran amor de juventud. Pero me decidí por ti. Si no, él sería ahora el presidente de Estados Unidos, y tú, el empleado de la gasolinera.-
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