El Leganés encontró una autopista

La doble ración futbolística de San Mamés no resultó tan indigesta. La atrofia del primer partido (entre Athletic y Sevilla) la aligeró el Leganés con un partido aseado, vertical y veloz que sorprendió al Bilbao Athletic del primer al último minuto. El Leganés encontró en el carril izquierdo una autopista por la que circuló con exceso de velocidad. El primer gol llegó al minuto 20, tras un saque de esquina que cabeceó Barbero, pero antes Javi López se había exhibido por su banda mezclando velocidad, fortaleza y habilidad. Su exhibición. fue portentosa, agravada porque el esquema de su oponente no incluía un lateral específico.

El Leganés implantó su autoridad en el campo gracias a la labor de sus dos pivotes, que aportaban uno tras otro los intentos ofensivos de los rojiblancos. Desde allí se impulsaba la verticalidad de Javi López, al que sólo cabía achacarle una cierta tentación individualista.

Lo cierto es que el Leganés obtuvo escasa renta a su superioridad en el primer periodo. El gol de Barbero le hizo parapetarse un tanto ante su manifiesta superioridad. Precisamente, el exceso de confianza lo pagó al Filo del descanso, cuando Bolo aprovechó una ingenuidad de Villoria y su centro lo remató a placer Bidaurrazaga.

El Leganés perdió a Javi López, pero su sustituto, Miguel Ángel, siguió explotando con igual dedicación el carril izquierdo. El tránsito por esa banda fue espectacular, amparándose además en el adelantamiento del Bilbao Athletic, que buscaba su primera victoria del campeonato.

Con el partido más turbio, el contragolpe del Leganés se clarificó aún más, pero unas veces el excepcional trabajo del meta Etxeberría y en otras la falta de tacto evitó el gol visitante, que se produjo casi en el tiempo de descuento. El último contragolpe del Lega, pleno de velocidad, técnica y ambición, fue el bueno. Era el justo precio para un equipo que exhibió las suficientes virtudes como para vencer.