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FÚTBOL SÉPTIMA JORNADA DE LIGA

El espanyol pincha ante un frontón

Los de Sarriá desaprovecharon un penalti y la inferioridad numérica del Sporting

Robert Álvarez

La ley de la gravedad volvió a imperar en Sarriá. Pinchó el Espanyol en un partido en el que el Sporting, se limitó a construir un frontón. El Espanyol cumplió un año de imbatibilidad en su terreno la última vez que perdió fue el 15 de octubre de 1994 ante el Madrid por 1-2- pero empezó, a perder la altura a la que, se propulsó en un inicio de campeonato arrasador. A los 15 puntos cosechados en los cinco primeros partidos ha sumado uno sólo de los seis posibles en las dos últimas jornadas. Es el. vértigo propiciado por una Liga con un calendario tan estresante y que premia con tres puntos la victoria.El partido fue monocorde. El Sporting logró su primer punto lejos. de El Molinón en base a un planteamiento plano: todos en la trinchera excepto Julio Salinas, que en la media hora que estuvo en el campo no tocó balón y no porque, Pacheta -que sustituyó al sancionado Herrera- tuviera que prodigarse. El Espanyol calcó los métodos pragmáticos que tan buen resultado. le habían proporcionado hasta el pasado jueves: una defensa sólida, impenetrable; una fuerte presión para hacerse con el balón, suministrar al máximo a Francisco, abrir el campo al máximo para ganar espacios y dar velocidad a su juego con Benítez, Lardín y Raducioiu. La lesión del rumano, nada más empezar el partido, sustituido por Urzáiz, trastocó lo! planes de Camacho.

Pero siguió presionando. De hecho el Sporting lo permitió. Pero los asturianos, que formaron una línea de cuatro y otra de cinco en los 20 metros más próximos a Ablanedo, lograron cerrar el grifo de oportunidades del Espanyol pese a que Camacho intentó abrir al máximo el juego de su equipo situando a Lardín en la punta izquierda Bogdanovic en la derecha y Benítez doblando a Urzáiz en la punta del ataque. El Espanyol, pese a no poner ya en peligro a Ablanedo, mantuvo la constancia y el ritmo que ya lehan dado tres victorias por 1-0. En una jugada de la que nada parecía poder salir, el árbitro juzgó como penalti un empujón de Avelino a Urzaiz. Faltaban dos minutos. Pero Francisco lo lanzó fuera, La magia abandonó Sarriá, el lugar donde siete días antes se fraguó un liderato tan caro -15 puntos en cinco partidos- como efímero -sólo duró cuatro días- y ante un equipo, el Sporting, propicio para remontar el vuelo.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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