SUEÑO PRINCIPESCO
La princesa Victoria de Suecia estuvo presente por primera vez junto a su padre, el rey Carlos Gustavo, en la ceremonia de apertura de las sesiones del Parlamento. La presencia de Victoria, que al haber cumplido 18 años está en condiciones de sustituir al Rey en caso de ausencia transitoria o definitiva, fue la nota distinta esta vez y hubo expresiones de bienvenida que subrayaron esa circunstancia. Como es habitual, el Rey declara la apertura del año parlamentario y desea éxito a la misma en una breve alocución. Seguidamente, el primer ministro se dirige a los presentes y al pueblo sueco para referirse a los principales problemas del país. Pero esta vez el discurso de Ingvar Carlsson duró más de lo previsto y, al parecer, no logró despertar el entusiasmo de la princesa, a juzgar por el testimonio de una cámara indiscreta que la sorprendió en más de una ocasión despuntando un sueñecito. Comprensivas parlamentarias explicaron privadamente que cuando se tiene 18 años una princesa es más propensa a pensar en príncipes que en las peripecias del estado del déficit presupuestario o el crecimiento del producto interior bruto.
