Cruyff ha querido irse dos veces este año

RAMÓN BESA, Johan Cruyff ha protagonizado ya dos amagos de abandonar el Barca durante el presente curso. El primero se produjo poco antes de la pretemporada, cuando el técnico disfrutaba aún de las vacaciones estivales en Mallorca, y la segunda en el transcurso del stage de Holanda. La directiva pudo reconducir la situación hasta la visita del Mérida cuando después del partido se reunió la comisión técnica. Cruyff constató entonces que la carpeta de asuntos pendientes continuaba no sólo sin agilizarse sino que algunas de las nuevas propuestas, sobre todo las referentes a los contratos, eran contrarias a su filosofía de trabajo. El entrenador ha optado, en este contexto, por desmarcarse de la junta directiva con medidas graduales como la de renunciar primero a la pugna por controlar el área económica y a la comisión técnica poco, después.

La coyuntura puede desembocar en una disyuntiva peligrosa: renovar el contrato del técnico, que expira el próximo 30 de junio, o plantearse, su rescisión. La cláusula de indemnización asciende, según varias fuentes, a unos 250 millones de pesetas, prácticamente la misma cantidad que percibe el entrenador al año y, curiosamente, la misma cifra en que está tasada la libertad de Jordi.

Cruyff no quiere depender de los resultados ni del referendo diario de la grada. El presidente Núñez, en cambio, parece dispuesto a resistir el pulso. No ha vuelto a hablar de la renovación que le prometió públicamente al entrenador tras el 5-0. de Madrid, ya ha dejado dicho que deberá ser el socio quién decida sobre la continuidad del técnico y puntualiza que cualquier medida debe ser adoptada por unanimidad.

El próximo episodio de la pugna está previsto para esta tarde. La directiva espera cerrar las renovaciones de Sergi y Guardiola, puesto que hoy finaliza la opción que tiene el club para garantizarse la continuidad del medio centro o, en caso contrario, cualquier club interesado podrá hacerse con sus servicios, a cambio de los 500 millones de pesetas que pasarían a figurar en su cláusula de rescisión. Núñez, que no estaba dispuesto a renegociar con los jugadores tras alcanzar un acuerdo verbal hace medio año, está dispuesto a zanjar el asunto.

Quedan también pendientes de revisión los contratos de Jordi, Nadal y Amor. La directiva quiere prorrogar el acuerdo con el hijo del técnico expira el 30 de junio de 1997, y Cruyff está dispuesto al diálogo siempre que la cláusula de rescisión no se dispare (las más bajas se mueven en torno a los 500 y 600 millones de pesetas). Difícil se presenta, por otra parte, la continuidad tanto de Nadal como de Amor, sobretodo si se atiende a consejos técnicos y no a los directivos. Uno y otro, que tienen opción de irse a otro club (Nadal está siendo tentado por el Real Madrid), no negociarán a cualquier precio.

La duración de los contratos y su importe no es el único punto de discrepancia entre la directiva y el entrenador, aunque esta discusión está viciada por el acuerdo alcanzado con Iván de la Peña, al que el club renovó hasta el año 2002 en unas condiciones sin precedentes en el fútbol base (Roger y Celades, por ejemplo, siguen cobrando 1,200.000 pesetas de ficha y Jordi no llega a los 10 millones, mientras Iván percibirá 350 millones en cinco años).

Cruyff está molesto por la política de austeridad económica que marca Núñez cuando, a su entender, se han ganado 100 millones en la renovación de la plantilla. La situación llegó a tal extremo que el cuerpo técnico propuso a Toni Bruins como preparador físico despúes de que le quisieran reducir la ficha, al igual que a Carles Rexach (Angel Vilda optó por irse ante la oferta que le hizo el club).

El 'caso Bakero'

Hay, además, otro asunto de difícil arreglo. El vestuario anda desperdigado por la falta de ascendente del capitán Bakero, que ayer, precisamente, ratificó su deseo de seguir su contrato hasta 1997 pese a tener una oferta de un club mexicano. Junto a Amor, es el único jugador que permanece en el primer equipo desde 1988, año en el que se hizo cargo de su dirección técnica Cruyff.