El huracán enloquece a los corredores
González Arrieta y el venezolano Sierra, expulsados por liarse a puñetazos en la carrera
"-Qué bochorno!", no pudo menos que exclamar por Radio Vuelta Ramón Mendiburu, director técnico de la carrera. Pocos segundos antes la emisora informaba de la caída de un Banesto y un Carrera. Los directores se disponían a llegar a socorrerlos cuando les sorprendió la exclamación de Mendiburu. Lo que le faltaba a la etapa: dos corredores haciendo de boxeadores sin que nadie les separara. Lo nunca visto, y encima con televisión en directo. Los pugilistas, el español González Arrieta y el venezolano Leonardo Sierra, fueron inmediatamente expulsados.La etapa había comenzado maldita. Vientos huracanados en ráfagas de entre 80 y 100 kilómetros por hora barrían la costa cantábrica a la altura de Tapia de Casariego, en el límite entre Asturias y Galicia. Los corredores pequeñitos, entre ellos Ramontxu, bromeaban sobre la posibilidad de meterse piedras en los bolsillos para no salir volando. La dirección de la carrera decidió neutralizar la etapa unos kilómetros para salvaguardar la integridad de los ciclistas. En Ribadeo se decidió que la Vuelta marchara en coche hasta Villalba, donde se dio la salida real. Pero los efectos del huracán, se dice que el viento enloquece, ya se habían sembrado en algunos.
El pelotón se lo tomó con calma al principio. Pero por un quítame allí esas pajas -que si me cierras el paso, que si eres un desgraciado, que si te voy a partir la cara...- Ramontxu y Sierra se fueron al suelo a 21 kilómetros de la meta. Fue una caída limpia, en el centro del pelotón, que se abrió para no tropezar con los caídos. Su buen medio minuto estuvieron dándose, sin que nadie les separara. "Lo único que siento es que me diera más puñetazos él a mí", explicaba fanfarrón Sierra después del altercado. "La culpa fue de Ramontxu. Me cerró el paso y cuando me volví para recriminarle la acción, me empujó al suelo". Les separó un comisario.
" - Qué vergüenza! Lo ha visto toda Europa por televisión", rugió Rufino Martellini, el comisario internacional, presidente del jurado técnico. "Ahora mismo expulsados".
La etapa se resolvió al sprint. El alemán Marcel Wust, fichado por el Castellblanch tras la desaparición de Le Groupement, rentabilizó sobradamente el millón de pesetas que el equipo español le paga por seis meses.
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