El gas se perfila como causa de la muerte del hombre abrasado
Miguel Cabral Domínguez, Un vigilante de 23 años, murió abrasado ayer, a las 0.30, en su domicilio, de la calle del Doctor Espín, en Carabanchel (EL PAÍS de ayer, última edición). Según el primer informe policial, la causa inmediata de la muerte fueron las llamas tras una explosión de gas. Sin embargo, el misterio envuelve este suceso: los bomberos aseguran también que en la casa había un fuerte olor a gasolina, y el muerto tenía puesto en la cabeza un casco de motorista.
La explosión despertó a los habitantes de varios bloques de la calle. Los vecinos oyeron varias, deflagraciones seguidas y Iuego un gran estallido. Varios inquilinos avisaron sobresaltados a los bomberos. Los miembros del cuerpo de extinción de incendios se encontraron con un intenso fuego que devoraba varias habitaciones de la vivienda, un piso bajo de 75 metros cuadrados. Una vez sofocadas las llamas, hallaron el cuerpo semicalcinado de Miguel Cabral Domínguez.El cadáver estaba en el suelo de la cocina, descalzo, en posición fetal y con un casco de motorista en la cabeza. En la vivienda se notaba un fuerte olor a gas.
La víctima yacía cerca de la llave de paso de una bombona de butano. Según los bomberos, los tres fuegos de la cocina estaban abiertos, al igual que la llave reguladora dé la bombona de butano, que no explotó en la deflagración. La puerta de la terraza de la cocina había sido arrancada y despedida varios metros debido a la violenta sacudida.
La policía baraja la hipótesis del suicidio y sigue investigando cómo sobrevino la tragedia. El fallecido no tenía antecedentes.
De Trebujena
Los familiares de la víctima, vecinos de Trebujena (7.080 habitantes), en la provincia de Cádiz, aseguraron que el joven no tenía motivos para el suicidio. "Es un chico sin problemas", indicó un pariente. El padre de la víctima, Francisco Cabral, agricultor, y su esposa, salieron ayer de Cádiz con destino a Madrid. Los vecinos del inmueble aseguran que el fallecido llevaba viviendo seis meses en el piso. "NÓ teníamos relación con él, ni sabíamos a qué se dedicaba", indicó una mujer.
Otra vecina aseguró que en medio año no había causado ningún problema. Durante la mañana de ayer no aparecieron por la casa los dos amigos que compartían el piso con el fallecido.
La víctima trabajaba en Madrid desde hace tres años como vigilante. En 1992 había decidido trasladarse a la capital de España después de estudiar un curso de albañilería en la escuela taller de Trebujena. En su localidad natal, Miguel Cabral era muy conocido. "Era un chico que aparentemente no se había metido en un lío", comentó un vecino.
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