La metamorfosis de Conchita
La jugadora aragonesa ha cambiado todo su entorno en el último año
Conchita Martínez ha cambiado. Tal vez su personalidad siga siendo la misma, probablemente sea ella quien tome aún las decisiones. Pero su entorno se ha ido modificando desde que la puertorriqueña Gigi Fernández entró en su vida. Conchita ha prescindido de su asesora Elvira Vázquez, de su eterno entrenador Eric Van Harpen, y ha roto su relación con la marca española Kelme, que la había equipado hasta el año pasado. Pese a todo, se la ve feliz, segura de sí misma y contenta con su nueva vida. Incluso su tenis ha evolucionado. Hoy tendrá ocasión de demostrarlo cuando se enfrente a la holandesa Brenda Schultz (16 cabeza de serie) en los cuartos de final del Open EE UU.Gigi Fernández irrumpió en su vida poco después del triunfo más importante de su carrera, en Wimbledon el año pasado. Desde entonces, Conchita ha ido modificando cosas en su entorno tenístico. El pasado mes de febrero, rompió los lazos que la unían a Eric Van Harpen y fichó al brasileño Carlos Kirmayr como nuevo entrenador. En junio anunció la firma de un contrato con Ellesse por el que recibirá cinco millones de dólares (unos 600 millones de pesetas) por tres años. Y en agosto, Elvira Vázquez -su representante- comunicó que su relación con Conchita había concluido.
"Es evidente que ha cambiado desde que está con Gigi", asegura Van Harpen. "La veo más madura, más alegre, más abierta. Creo que es más positiva, Gigi la ha ayudado en muchos aspectos, pero no debe convertirse en una competencia para el entrenador". Y Elvira matiza: "El paso que dio al dejar a Eric es un gesto de madurez. Quería comprobar si podía avanzar sin él".
La aragonesa asegura que se siente muy bien consigo misma y que eso es lo que siempre ha estado buscando. "Si ella está bien, su tenis sube" confiesa Van Harpen. Y es evidente que cada vez está mejor, es más abierta, más comunicativa y se siente segura de sí misma. Prueba de ello es que ha sido la única jugadora que ha explicado lo que pensaba sobre el trato de favor que recibe Seles.
Esa seguridad la demuestra también en la pista. El pasado domingo, frente a la norteamericana de 31 años Zina Garrison, superó con calma, sin precipitaciones y con valentía todos los momentos difíciles del partido. Gracias a ello alcanzó los cuartos de final del Open de Estados Unidos por segunda vez en su carrera. "La verdad es que esa victoria me da moral", asegura Conchita. "Los puntos decisivos no me los han regalado. He tenido que ganarlos".
Y en el contexto de su nueva vida, pretende adjudicarse su segundo Grand Slam en Nueva York. En su camino hacia la final hay dos obstáculos: hoy se enfrenta a Brenda Schultz, y en semifinales a Seles o Novotna.
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