"Madrid está plagado de naúfragos"

El premio Nacional de Ensayo 1992, autor de la Teoría de la inteligencia creadora, Elogio y refutación del ingenio y Ética para náufragos, vive en Alcobendas en una casa con jardín que gusta de llamar huerto, término avalado por pingües cosechas de ajos, alcachofas, judías verdes, pimientos, puerros y calabacines. Para Marina (Toledo, 1939), sus plantas son tan importantes como sus libros. Mientras sus investigaciones sobre la inteligencia humana cumplen siete ediciones, el filósofo guarda en, la tierra su mejor tesoro, una variedad de berza creada por él mismo que, bajo el nombre de Emperatriz de las jaras, cambia de color en cada cosecha sin perder un ápice de su exquisito sabor. "Es un híbrido de otra berza con lombarda". Si Madrid fuera un planeta, José Antonio Marina sería su satélite; 30 años en la Comunidad y jamás ha consentido vivir en el centro.Pregunta. ¿Por qué ese empeño en las afueras?

Respuesta. Acostumbrado a vivir en una casa grande de una ciudad pequeña, no puedo con las tensiones que genera la lucha por el espacio. Hay experimentos con animales muy pacíficos, que demuestran cómo al aumentar el número de habitantes por metro cuadrado los bichos se vuelven agresivos.

P. Pero se supone que la compañía nos salva del naufragio.

R. No seas ingenua. Una persona que desde su ventana ve las luces ajenas de un edificio gigantesco puede estar más sola que Robinson. Madrid está plagado de náufragos. Mucha proximidad física sin acercamiento afectivo componen una mezcla explosiva donde el vecino, o es una molestia, o una amenaza.

P. ¿Cómo son sus alumnos del instituto de La Cabrera?

R. Es un lugar precioso en la llamada sierra pobre de Madrid, donde acuden alumnos de otros 35 pueblos. La mayoría son hijos de agricultores que sienten un respeto enorme por la cultura.

P. ¿Sabía usted que sus ensayos son libros de cabecera de Jorge Valdano?

R. ¡Qué me dices! No sabes la ilusión que me hace. En mi libro sobre la teoría de la inteligencia dedico un capítulo entero al movimiento inteligente. Supongo que a los deportistas verdaderamente enamorados de su profesión debe haberles encantado que, al fin, un filósofo reconozca su categoría intelectual.

P. ¿Aprueba la independencia de la urbanización La Moraleja?

R. Alcobendas ha tratado muy mal a La Moraleja y, a su vez, los vecinos de esa urbanización no tienen razón al pensar que sus impuestos han de revertir en ellos mismos. La parte rica debe ayudar a la pobre, porque los impuestos son una redistribución solidaria de la renta.