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Los socialistas califican de "intromisión inaceptable" que Pujol fije las elecciones

Luis R. Aizpeolea

Las declaraciones realizadas el sábado por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en las que indicaba al jefe del Gobierno una fecha para las elecciones generales anticipadas han caído como un jarro de agua fría entre los socialistas, que no han dudado en calificarlas como una salida de tono en un momento muy delicado de las relaciones entre el Gobierno y sus socios catalanes. José Bono, presidente de Castilla-La Mancha y miembro, de la Ejecutiva del PSOE, dijo ayer que Pujol ha cometido "un error grave o una intromisión no aceptable" al hablar del último domingo de febrero o primero de marzo como fecha de las elecciones".

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Bono fue el único dirigente socialista representativo que ayer estuvo dispuesto a aparecer con su nombre para replicar a las declaraciones que la víspera hizo Pujol en Sant Feliu Sassera (Barcelona) en las que fijó una fecha de convocatoria para las elecciones legislativas.Ningún miembro del Gobierno quiso ayer hacer pronunciarse sobre las declaraciones realizadas la víspera por Pujol para no echar más leña al fuego en las ya relaciones de "ruptura pactada" que mantienen con los nacionalistas catalanes, aunque fuentes próximas al Ejecutivo reconocieron su malestar por las formas empleadas por el presidente de la Generalitat, una vez que Felipe González ofreció el jueves a todos los partidos, empezando por CiU, una ronda de conversaciones para consultar el calendario electoral. "Esas declaraciones las podía haber hecho Pujol en la puerta de La Moncloa como una propuesta suya o en el marco de un encuentro con el presidente del Gobierno, pero esas no son fórmas", manifestaron las fuentes consultadas.

José Bono fue el único dirigente representativo del PSOE que ayer estuvo dispuesto a fijar una posición pública. En unas declaraciones a EL PAÍS dijo que "la presidencia europea es importante y para que sea un éxito quizás debamos ser transigentes con algunas declaraciones o críticas de nuestros socios de Gobierno, pero la oferta de discusión de un calendario electoral no es renunciar a la facultad constitucional del presidente para convocar elecciones". "El presidente Pujol al hablar del último domingo de febrero o primero de marzo ha cometido un error grave o una intromisión no aceptable".

El dirigente socialista lanzó también un aviso a Jordi Pujol al afirmar que "si dejamos que la iniciativa y hasta la convocatoria electoral no la haga el presidente del Gobierno, estaremos dando la sensación de resistencialismo. Como me consta que Felipe González no está aferrado al poder, hay que dejar claro que a cualquier preció no estamos dispuestos a gobernar". El presidente de Castilla-La Mancha fue aún más lejos al decir que "si nos falta el apoyo parlamentario de CiU no hay que hacer equilibrios y mucho menos soportar humillaciones. Gobernar en minoría en Andalucía es difícil pero quizás sea posible; en España y en estos momentos no se puede gobernar sin los apoyos parlamentarios suficientes. Es urgente que CiU se aclare".

La posición de Bono la defendió en la reunión de la Ejecutiva federal del PSOE del pasado jueves. Tanto él como Alfonso Guerra insistieron en que la fijación de la fecha de las elecciones es una facultad exclusiva del presidente del Gobierno, reconocida por la Constitución, y que no había que confundirla con la propuesta de Felipe González de consultar el calendario electoral. Ambas propuestas fueron aprobadas unánimemente en la Ejecutiva del PSOE y Felipe González se hizo eco de ellas al finalizar la reunión.

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Algunos dirigentes socialistas no mostraron sorpresa por las declaraciones de Pujo] porque saben que quiere que las elecciones se convoquen en cuanto finalice la presidencia europea el 31 de diciembre. González fue más ambiguo el pasado jueves y, aunque fijó como prioridad la primavera, no cerró la puerta a que la convocatoria fuera en el otoño del 96 si disponía del apoyo de CiU a los presupuestos.

Pero lo que está claro, a la vista de las declaraciones del sábado, es que Pujol ya no admite ambigüedades y quiere precisiones. La "ruptura pactada" con los socialistas, que CiU formalizará el próximo 17 de julio, es ya un hecho. Y el sábado, Pujol ya ni siquiera guardó las formas con sus declaraciones. Los socialistas esperan a que Pujol mueva ficha. Pero si a partir del 17 de julio, CiU Regara a dar el salto de la "ruptura total", entre los socialistas gana cuerpo la idea de convocar las elecciones para este mismo otoño. El propio González, remiso a convocar durante el segundo semestre, dijo el jueves que no estaba dispuesto a gobernar en minoría.

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