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Induráin: "Quería tensar la carrera"

Carlos Arribas

La gesta que ha despertado al Tour de su letargo y que ha mostrado dónde está cada uno de los favoritos 24 horas antes de lo esperado, mereció para el protagonista un simple comentario. "Quería recuperar plazas en la clasificación general de cara a la contrarreloj", dijo el navarro. "Había que tensar la carrera". Cuando así hablaba, aún sudoroso, hacía poco que acababa de dejar con los pelos en punta a unos cuantos. También había roto los tópicos que hablaban de un Induráin conservador y poco dado a las demostraciones de coraje atacante. El monopolio de esas virtudes, hasta ahora en manos del derrotado Berzin, cambió de manos en apenas 30 kilómetros camino de Lieja. "Ha sido un golpe para su moral", añadió Induráin."Cuando el ataque", continuó Induráin, "había salido Bruyneel y me fui a por él. Miré hacia atrás esperando que viniera también Ramontxu [González Arrieta], pero vi que se había quedado cortado y decidí seguir adelante". Siguió adelante como una locomotora, haciendo su propia contrarreloj individual, con Bruyneel pegado a su rueda. "Lo entiendo. El belga tendrá sus razones para no haberme relevado", dijo Induráin. "Es normal que haya ganado la etapa. Llegaba más fresco que yo porque apenas había trabajado. Yo intenté ganar pero no pude".

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Bruyneel, pupilo de Manolo Sáiz en el ONCE, alegó razones tácticas para no colaborar con Induráin. "Nuestros líderes, Jalabert y Zülle se habían quedado, incluso Jalabert estuvo a punto de conectar con nosotros, pero no pudo. Además, con la velocidad que llevaba Induráin sabía que no necesitaba relevos para llegar solos a meta". Manolo Saíz tenía un sentimiento contradictorio. Por un lado su equipo recuperaba el maillot amarillo, y por otro se rompían parte de sus esperanzas para la general. "Antes de esto", dijo el director del ONCE, estábamos un poco a la espera, viendo si podíamos aprovechar un error de Induráin. Pero después de la exhibición sólo nos preguntamos ¿cuánto nos meterá en la contrarreloj?".

Todo el Banesto efectuó ayer un ejercicio táctico de gran altura que culminó con un ataque sorpresa. "El equipo ha estado controlando por delante en la parte dura de la etapa", explicó Induráin. "Aunque el peso lo han llevado el Gewiss y el ONCE que luchaban por el maillot amarillo". El ataque no estaba planeado. Así lo explicó el banesto Thomas Davy: "No había instrucciones de este tipo, pero seguro que Induráin, que fue controlando a todos, vio a algún rival con mala cara y atacó para probar. Ha logrado un golpe más importante por el efecto psicológico sobre los rivales que por el tiempo que haya podido conseguir". Otro francés del Banesto, Gérard Rué, vio la cara de Berzin. "Cuando se fue Induráin me volví para ver al ruso y tenía una expresión medio de sorpresa medio de pánico", dijo Rué.

Berzin no dijo qué cara puso, pero reconoció su derrota. "Cuando le vi irse me quedé sorprendido", dijo el ruso. "Enseguida me puse a tirar con tres gewiss pero reventamos. No pudimos hacer nada". Para Rominger, el otro derrotado de la jornada, el ataque no fue sorprendente. "Estábamos todos juntos por delante y de repente se marchó. Todos le vimos pero nadie pudo hacer nada".

Uno de los mayores críticos sobre la forma de hacer de Induráin, el penta Tour Bernard Hinault, no tuvo más remedio que quitarse el sombrero. "Es hermoso el regalo que Induráin ha hecho a la carrera", dijo el ex corredor francés. "El golpe de Lieja demuestra que Induráin maneja el Tour a su antojo y que, si sigue así, puede ganar varias etapas. Su ataque, nos ha sorprendido a todos".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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