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Entrevista:

"La radio en el tractor ha sustituido a las canciones de siega"

Aunque nunca ha presentado un currículum ni ha editado ningún catálogo, Jesús Reolid es conocido dentro y fuera de nuestra región. A sus 38 años, este luthier (fabricante de instrumentos de cuerda) se empeña en mantener viva la música antigua y medieval construyendo. instrumentos de aquella época en su taller de Móstoles (199.400 habitantes).Pocas veces sale de este rincón para observar lo que pasa en el mundo. Prefiere imaginar que vive 700 años atrás y que, como otros muchos aunque con mejores herramientas, también se dedica a construir zanfoñas, cítoas o rabeles para grupos regionales y de música del siglo XI. Raolid se siente tan compenetrado con sus antepasados que guarda casi el mismo aspecto físico que ellos. Pero en realidad quedan pocos como este vecino de Móstoles, al que se puede considerar una especie en peligro de extinción".

Pregunta. Es usted el único en Madrid dedicado a construir instrumentos medievales. ¿Hay suficiente demanda para asegurar la subsistencia?

Respuesta. Esto no es un negocio. Yo lo considero un trabajo que llevo a cabo con mucho gusto. Para mí lo que menos importa es el dinero, aunque reconozco que hay meses buenos y otros flojos. Yo trabajo para grupos regionales o de música medieval, pero a veces recibo otro tipo de encargo de particulares, como reparar cuerdas de guitarras españolas o eléctricas.

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P. ¿Existen ayudas de las administraciones para este tipo de actividad minoritaria?

R. No sé si existen porque nunca me he preocupado de buscarlas. Yo no soy como aquellos que aspiran a obtener subvenciones para todo. Creo que cada uno debe sacar su trabajo o formar asociaciones porque lo siente y no porque va a recibir ayudas.

P. ¿Cuándo empezó a construir instrumentos de música medieval?

R. Creo que fue a los 16 años. Nadie me enseñó ni me viene de familia. Creo que un día, curioseando discos, tuve la oportunidad de escuchar esta música, que me encantó. Después me interesé por los códices del siglo XI y asistí a talleres de carpintería donde aprendí a hacer los instrumentos en el plazo de un mes.

P. Sin embargo, hoy casi nadie escucha esta música.

R. Claro está que un concierto medieval no se hace en un campo de fútbol. En Madrid esta música se escucha mejor en iglesías con grupos de pocas personas, pero si la gente escuchase sólo una vez estas composiciones se aficionaría. Tampoco en los pueblos la música regional se prodiga demasiado. Por ejemplo, en Castilla había canciones de siega preciosas, pero ahora eso se ha cambiado por una radio dentro de un tractor.

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