Los jóvenes del Albacete aseguran su promoción

El Sevilla partía como claro favorito, Tras la obtención del título liguero de la categoría sub-19 llegaba a Toledo con la vitola de equipo a batir. Su objetivo era conseguir el doblete -Liga y Copa- practicando el fútbol que le llevó a lo más alto del campeonato juvenil. Estas premisas se desvanecieron desde el pitido inicial. El Albacete, ajeno a todas estas tesis, impuso rápida mente su ley.El partido comenzó. con enorme vigor. Los dos equipos rondaban la portería del rival, aunque era el Albacete quien mostraba mayor codicia por adelantarse en el marcador. A pesar de que el enorme viento que existía era un inconveniente para los jugadores, ambos equipos se adaptaron a esta contrariedad. Ese acoplamiento lo practicó el Albacete con suficiencia, cuando en el minuto 14 Fernando batió de tiro cruzado a García.

Con el gol en contra, el Sevilla intentó lograr el empate pero la ineficacia era la cualidad que más sobresalía en sus jugadores. La única alternativa ofensiva sevillista residía en la sociedad Cano (centrocampista) y Pérez (atacante) Este último acabó asfixiado ante la cantidad de balones de los que le surtió su compañero. Fueron demasiados para su físico.

La primera parte terminó con un gol del Albacete, un gol que fue una verdadera obra de arte. El lateral derecho Juli -como marcan los, cánones del balompié- irrumpió con fuerza por su banda. Se deshizo de cuantos contrarios le salieron al paso y puso un balón exquisito para que Jesús maltratara la red.

En la reanudación, el Sevilla se encontró con Papá Noel, personificado en Alejandro, portero del Albacete. Un. disparo manso de Antonio le superó. A partir de ese momento, el Albacete dispuso un fortín delante de su portería. El Sevilla confundió las prisas con el buen hacer futbolístico. Juego embarullado que incluso llegó a confundir al aficionado, que no distinguía entre delanteros y defensas. O todos atacaban o todos defendían. Al final, la Copa viajó hasta las vitrinas manchegas.