Inexplicable

Era el 1 de mayo y yo me dirigía, como otras veces, a sellar mi billete de vuelta Atocha (Madrid)-Plasencia; el día 28 de abril había comprado un billete de ida y vuelta Plasencia-Madrid (Atocha).Pues bien, en las taquillas de Renfe, una empleada (por primera vez, jamás antes ningún alma caritativa había tenido esa ocurrencia) me informó, aunque un poco tarde, que los días blancos no eran válidos billetes de ida y vuelta.

No entendía nada (y yo me acordé de los anuncios de Televisión Española en los que nos hablan de lo bien que funciona la Red de Ferrocarriles Españoles).

La empleada, después de consultas varias, me dijo que eran 1.040 pesetas más (en total la vuelta me supuso 2.600 pesetas, es decir, 1.100 pesetas más que el billete de ida, y 200 pesetas más que si en lugar de hacer caso a tanta publicidad hubiera hecho lo más fácil: comprar en Plasencia un billete a Madrid y en Atocha uno de vuelta a mi región).

Todo esto sirvió para que yo me preguntara con más fuerza para qué demonios, con perdón, sirven los famosos billetes de ida y vuelta que lo único que me habían causado hasta ahora eran disgustos, pues si bien Renfe exige pagar la demasía cuando la vuelta se realiza en un tren de más categoría, jamás devuelve el dinero si lo que ocurre es lo contrario. ¡Si alguien entiende algo, me lo explique!-