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Un taxista que se dormía en los semaforos prohíbe bajar a sus viajeras

Las tres mujeres que tomaron el taxi licencia 14502, el pasado jueves en la Gran Vía a las dos de la tarde, pronto empezaron a oír ronquidos: los del conductor. "Se quedó dormido en dos semáforos y tuvimos que despertarle", comenta Teresa. "Le dijimos por lo menos dos o tres veces que queríamos bajarnos, y la primera vez nos contestó: 'No, no, yo no me duermo, soy el primer interesado en llevarlas'. Una de las compañeras insistió: 'Da igual, hágase a la derecha, que nos queremos apear". Pero el soñoliento conductor respondió: "Ni hablar, tengo que trabajar y ganarme la vida".

Total, que el viaje prosiguió y el automóvil llegó a la M-30: "Íbamos de lado a lado por la carretera", recuerda la pasajera. Por fin llegaron a su destino y acudieron a un policía municipal."Deben llamar al departamento municipal del taxi", contestó; y les facilitó el teléfono 447 07 14. Fue inútil: después de las dos de la tarde, no hay nadie, como comprobó este periódico.

Una redactora llamó al 092 y allí la operadora la remitió, una vez más, a la sección del taxi. Ante la advertencia de que el taxista podía estar llevando más pasajeros toda la tarde con evidente riesgo para ellos, la operadora se limitó a tomar nota del número de la licencia.

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