Los colistas se divierten en Leganés
Hubo hasta un par de taconazos, alguna vaselina, un pase medido y un golito muy elaborado. Todas, acciones inéditas en el Municipal de Leganés durante toda la temporada. Pero los colistas de Segunda, ya descendidos, decidieron dejarse de zarandajas por una jornada y jugar un poquito al fútbol, divertirse.También sirvió el partido para dos despedidas en el equipo madrileño. Una, ya anunciada; la otra, sorprendente. La que todo el mundo conocía era la de Luis Ángel Duque, el técnico del Leganés, que se sentaba por última vez en el banquillo de su campo. Duque estuvo raro. Apenas salió de su guarida en el foso, pero cuando el árbitro señaló el final, se acercó a los aficionados más recalcitrantes, unos cincuenta, para agradecerles su incondicional apoyo. La despedida sorprendente fue la del encargado de la megafonía, que ante el asombro de los asistentes se marcó una charla nada más comenzar el encuentro diciendo que se iba, que no había cobrado nunca, que se había, mantenido a pie de micrófono durante años por amor al club y que no aguantaba algunas críticas. En fin, cosas que pasan en este curioso club.
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